5 cosas por las que las nuevas madres pueden dejar de sentirse culpables

Uno de los aspectos más sorprendentes y difíciles de afrontar al convertirse en madre es el inmenso sentimiento de culpa que puede manifestarse en cualquier situación. ¿Alguna vez has sentido que la culpa de ser madre es casi aplastante? Puede aparecer en cualquier momento y, por mucho que intentes razonar contigo misma que lo estás haciendo lo mejor posible, tienes la sensación de estar fallando a tu bebé. Tus necesidades, mamá, son tan importantes como las de tu bebé. Tu bebé necesita que sobrevivas y te desarrolles, y para ello tienes que permitirte dejar de sentirte culpable por tantas cosas. Aquí tienes sólo 5 para empezar:

1. Pedir ayuda y apoyo

En algún momento, las mujeres modernas han sido entrenadas culturalmente para no pedir ayuda, para demostrar a todos que son fuertes e independientes. Cuando se trata de cuidar a un bebé, la frase "se necesita un pueblo" se acuñó por una razón. Se supone que no debes hacer esto sola. Acabas de dar a luz. Te estás recuperando física y emocionalmente, te falta sueño, tus hormonas están por las nubes y estás intentando superar los muchos altibajos de la nueva maternidad.

Haz esto en su lugar: Pídele a tu pareja que te traiga agua cuando le des de comer y que se encargue de los pañales si te toca dar de comer por la noche. Acepta todas las ofertas de comida o ayuda en casa cuando te visiten familiares y amigos.

2. Cuidar de uno mismo

Es fácil perderse en el ajetreo del día, sintiendo que das más pasos hacia atrás que hacia adelante, que probablemente te olvides de tus propias necesidades. Pronto te darás cuenta de que te estás desbordando, dedicando toda tu energía y paciencia a cuidar de tu pequeño (y de todos y cada uno de los demás). Pero, ¿cómo puedes esperar cuidar a los demás si no te cuidas a ti misma?

Haz esto en su lugar: El verdadero autocuidado se encuentra en los pequeños momentos diarios con tu bebé. Es tomar la decisión de construir una vida agradable de la que no necesites escapar. Aquí tienes nuestra lista de ideas sencillas de autocuidado para practicar a diario.

3. Sentir tus emociones

Mamá, te damos permiso para sentir cualquier emoción que sientas. Tienes permiso para sentirte agotada después de estar despierta toda la noche dando de comer. Tienes permiso para sentirte tocada. Tienes permiso para sentir que necesitas un descanso. Tienes derecho a amar cada segundo. Puedes sentirte triste porque no era lo que esperabas. Tienes derecho a llorar por tu vida anterior a la llegada del bebé. Puedes disfrutar de sentarte en el sofá a ver la televisión todo el día mientras acurrucas a tu bebé. Puedes sentirte preocupada porque te estás preocupando demasiado. Puedes sentir todas estas cosas o ninguna. Tus emociones importan, y esta es tu historia de maternidad única.

En su lugar, haz esto: Sepa que no está sola y que hay muchos expertos que le ayudarán en este momento. Habla con otras madres primerizas sobre tus emociones, y puede que descubras que ellas se sienten, o se han sentido en algún momento, exactamente igual.

3. Necesidad de tiempo para uno mismo

El tiempo a solas es una necesidad, no un lujo. Si no te dedicas tiempo a ti misma, es posible que pronto experimentes el agotamiento parental, sentimientos de agobio, resentimiento, ira, aislamiento y pérdida del sentido de la propia identidad. De hecho, se cree que la pérdida de apoyo de amigos y familiares aumenta el riesgo de sufrir trastornos perinatales del estado de ánimo y de ansiedad. Esto es algo que debes tomar en serio, así que deja de lado la culpa de que necesitas un pequeño respiro.

Haz esto en su lugar: Piensa con tu pareja o con tus amigos/familiares cómo puedes pasar tiempo a solas. Prueba con algo sencillo, como leer, dar un paseo alrededor de la manzana, escribir un diario, darse un baño o una ducha larga, o ver una película que te apetezca mucho.

4. Tomarse un día libre y abandonar la rutina

¿A veces sientes que quieres dejar la monotonía que conlleva la vida de una madre? El interminable lavado, la cocina, el orden, los recados... lavar y repetir. Al igual que querer tiempo para uno mismo y cuidarse, está bien querer tomarse un día libre de vez en cuando. Está bien querer trabajar únicamente para tener algo de tiempo para ti. No pasa nada si quieres dejar a tu bebé con tu pareja u otro familiar de confianza para poder hacer algo que te guste.

Haz esto en su lugar: Si no es posible dejar a tu bebé durante tanto tiempo, puedes tener un día libre CON tu bebé. Abandona la rutina por completo y haz que sea un día para ti. No hagas la compra y sal a comer con tu bebé. O bien, invita a una amiga a ver Netflix, pide que te traigan la comida a casa y acurrucad a tu bebé por turnos.

Un antídoto eficaz contra el sentimiento de culpa de las madres

No tienes que dejar que la culpa, el miedo y la vergüenza controlen tus experiencias como madre. Date cuenta de que esos sentimientos te asaltan, respira hondo y respóndase a sí misma con amabilidad. Sustituye esos pensamientos negativos por otros positivos, como "Querer tener tiempo para mí me hace ser egoísta", por "Soy mejor madre cuando tengo tiempo para mí".

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