¿Debo imponer castigos para mis hijos?

Probablemente sea una pregunta que te hayas hecho en alguna ocasión. A veces, los usamos con demasiada frecuencia sin darnos cuenta de que, si no los utilizamos correctamente, pierden por completo su efectividad. Te contamos algunas pautas para que los castigos para tus hijos, sirvan de algo.

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Antes de llegar al castigo, existen otras alternativas. Es preferible reforzar una conducta positiva en lugar de una negativa, es decir, premiarle cuando haga algo bueno de esta manera lo asumirá como un hábito positivo. Por otro lado, es conveniente mostrar al niño lo que debe y no debe hacer, así sabrá a qué atenerse. Éste debe ser siempre el primer paso.

Castigo para tus hijos, un premio

A veces, no nos damos cuenta, pero castigarles implica que se salen con la suya porque les prestamos más atención que, en realidad, es lo que pretenden con sus malas conductas. Algunos especialistas recomiendan ignorar un mal comportamiento antes de castigar, pero para ello, siempre hay que situar la situación en contexto, pues puede que el niño esté realizando una actividad que si se ignora resulta peligroso. Esta opción funciona cuando por ejemplo tienen una rabieta porque le has dicho “no” a algo. Explícale que no le podéis hacer caso si tiene ese comportamiento y que debéis esperar a que se le pase.

La importancia del lenguaje en el castigo para tus hijos

Trasmitir mensajes positivos resulta de vital importancia para los niños. No es recomendable amenazarles con mensajes negativos como por ejemplo “si no te portas bien, no irás al parque”. Puedes decirle lo mismo con un mensaje optimista que le lleve a esforzarse como “iremos al parque si te portas bien”.

Debes tener en cuenta que en ningún caso debes emplear los castigos para tus hijos con demasiada frecuencia porque si se acostumbra a ellos, perderán efectividad. También es muy importante que cuando los impongas, los cumplas porque, sino, pensarán que pueden librarse de ellos sin problema alguno.