Una psicóloga (y madre) dice que este estilo de crianza es lo opuesto a la paternidad helicóptero

La crianza intensiva parece haberse convertido en el enfoque culturalmente más aceptado en las dos últimas décadas. Según una encuesta reciente realizada a 3.600 padres, éstos consideran que la crianza intensiva es la mejor forma de crianza. Por desgracia, lo que hemos llegado a considerar "buena" crianza no es tan bueno para nuestros hijos. Ni para nosotros.

Como forma de control parental (que se sabe que es perjudicial para los niños), la paternidad intensiva cuida el entorno del niño al tiempo que lo protege de las dificultades. Este tipo de control se extiende al deseo de dar forma a la identidad de nuestros hijos, como el mejor estudiante o el atleta estrella, para garantizar su éxito en la vida. Como resultado de este enfoque, los niños acaban luchando por vivir sus vidas de forma independiente y con un fuerte sentido de sí mismos y de lo que les importa, en lugar de lo que les importa a sus padres.

¿Cómo puedo enseñar a mi hijo a valerse por sí mismo?

Como he visto personalmente en mi práctica terapéutica y en mi comunidad, respaldada por libros como Thrivers, de Michele Borba, y Never Enough, de Jennifer Wallace, demasiados niños y adolescentes de hoy en día no se sienten capaces de tomar decisiones, están agotados y sienten que su autoestima depende de sacar sobresalientes y ganar trofeos. Por no mencionar que la crianza intensiva requiere una cantidad significativa de tiempo y energía por parte de unos padres que ya presentan altos niveles de agotamiento.

Hay una forma más sana. Frente a la crianza intensiva, la crianza que apoya la autonomía fomenta la independencia y la resistencia de los niños. En mi libro Autonomy-Supportive Parenting: Reduce Parental Burnout and Raise Competent, Confident Children, comparto lo que han demostrado más de treinta años de estudios que comparan la crianza autónoma con la controladora: Los padres y los niños están mejor si abandonamos la crianza intensiva en favor de la crianza que apoya la autonomía.

¿Qué es la crianza con apoyo de la autonomía?

La crianza con autonomía se basa en la evidencia de que cada uno de nosotros tiene tres necesidades humanas fundamentales: autonomía, competencia y relación. Autonomía significa sentir la capacidad de actuar y la libertad de explorar nuestros valores y quiénes somos, al tiempo que reconocemos nuestra responsabilidad de respetar a los demás. La competencia se refiere a la confianza en nuestras habilidades y capacidades. La relación refleja el sentido de conexión y pertenencia a las relaciones y a la comunidad. Cuando se satisfacen estas tres necesidades, las personas son más felices y gozan de mejor salud.

Al practicar una crianza que apoye la autonomía, alimentamos estas necesidades humanas básicas en nuestros hijos. Los estudios demuestran que existe una estrecha relación entre la crianza autónoma y una larga lista de resultados positivos para los niños, desde los más pequeños hasta los adolescentes, como una mayor autoestima, una mejor salud psicológica y mejores habilidades emocionales, sociales y académicas.

Cómo fomentar la autonomía en los niños

¿Cómo funciona? Este marco de crianza incluye un conjunto de estrategias que incluyen esperar comportamientos independientes, expresar confianza en la capacidad del niño para hacer y manejar cosas difíciles, implicar al niño en la resolución de problemas y la toma de decisiones, y mostrar comprensión y respeto por la identidad en desarrollo del niño a través de la curiosidad por su experiencia y adoptando su perspectiva.

En mi libro, ofrezco pasos y guiones específicos para los retos de la vida real de los padres de todas las edades. Aquí tienes algunos ejemplos de estrategias para distintas edades y etapas:

Primera infancia: De 0 a 6 años
  • Asigna a los más pequeños tareas que consideren útiles para la familia. Esto les demuestra que confías en sus capacidades, lo que refuerza su confianza y motivación para ayudar, así como su competencia.
  • Ofrezca opciones siempre que sea posible: "¿Dos minutos más o cinco minutos más en el iPad?".
  • Explica el porqué de las normas: "Recogemos nuestros juguetes para que nadie los pise y los rompa".
Edad escolar: De 7 a 12 años
  • Haga preguntas para comprender la perspectiva de su hijo. Por ejemplo, antes de dar un discurso sobre los peligros de las redes sociales, pregúnteles qué saben sobre los riesgos que pueden entrañar.
  • Hágales participar en la toma de decisiones. ¿Cuál creen que es la mejor rutina de deberes? ¿Cuántas actividades quieren en su horario?
  • Espere independencia. Cuando acudan a ti para que les resuelvas un problema, no los arregles ni los rescates. Anímale a que resuelva el problema o se enfrente a una situación incómoda, como estar en medio de una pelea de amigos o no estar en la misma clase que su mejor amigo.
Adolescencia: De 10 a 17 años
  • Muestra curiosidad en lugar de juzgar. Cuando su hijo adolescente tome una mala decisión, acérquese a él con una actitud abierta para entender cómo ha tomado esa decisión en lugar de sermonearle.
  • Usa la empatía. Los adolescentes quieren sentirse comprendidos. Cuando eres más curioso, es más fácil entender su experiencia y expresar empatía por lo que están luchando: "Así que dejaste plantado a tu amigo porque te ponía nervioso tener una conversación difícil". Así es más probable que sigan compartiendo sus dificultades contigo.
  • Exprese confianza. Hágale saber que confía en él para resolver sus problemas y afrontar sus retos. Usted está disponible para apoyarle y orientarle, pero no necesita que lo haga por él.
Enseñe a sus hijos a ser independientes

La crianza con apoyo de la autonomía da a los padres una razón para dejar de ser padres intensivos y una hoja de ruta para hacerlo. Cuando podemos pasar de la crianza sobreprotectora a la que apoya la autonomía, preparamos mejor a nuestros hijos para que sean seguros de sí mismos, resistentes e independientes.

Igual de importante es que, cuando podemos soltar el control, dejamos espacio para nuestra propia autonomía, lo que nos hace más felices y sanos.

6 pequeñas cosas que puede hacer cada día para que su hijo sea más independiente

Emily Edlynn es psicóloga clínica y trabaja en consulta privada con niños, adolescentes y familias. Es autora de Autonomy-Supportive Parenting: Reduce Parental Burnout and Raise Competent, Confident Children.

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