La alfabetización emocional es fundamental para que los niños identifiquen sus emociones

A veces, nuestros pequeños tienen grandes sentimientos. Los niños experimentan emociones antes de tener las palabras para nombrar o describir el sentimiento. La alfabetización emocional es fundamental para el desarrollo de nuestros hijos y puede influir en su bienestar, su éxito futuro y sus relaciones.1 Algunos niños son naturalmente más capaces de identificar y gestionar sus emociones, pero esta habilidad no es algo con lo que los niños nacen; hay que enseñársela. Todos los niños necesitan que sus padres y otras personas significativas fomenten y estimulen su alfabetización emocional. También deben aprender a expresarse adecuadamente y a desenvolverse en el mundo que les rodea.

Contenido rápido

¿Qué es la alfabetización emocional?

La alfabetización emocional es la capacidad de una persona para identificar, comprender y responder adecuadamente a los sentimientos y las emociones, tanto en nosotros mismos como en otras personas.2 Cada día, nos enfrentamos a muchos sentimientos, y cada persona experimenta las emociones de manera diferente o en respuesta a cosas diferentes. Sin embargo, una vez que sabemos identificar los sentimientos, podemos utilizar esta información para ayudarnos a gestionar o afrontar de forma constructiva los sentimientos incómodos o fuertes.

¿Por qué es importante para los niños identificar las emociones?

Cuando nacemos no sabemos qué son los sentimientos ni cómo identificarlos o afrontarlos. Pero a medida que crecemos, nuestra alfabetización emocional se desarrolla y nos ayuda a "leer" nuestras emociones y las de los demás, lo que nos ayuda a describir mejor lo que necesitamos o queremos. También podemos entender y manejar las emociones de los demás. Algunas de las principales ventajas de ser capaz de comprender y gestionar las emociones son:3,4

    Afrontar y regular nuestras emociones. Tu hijo solo podrá gestionar las emociones cuando las comprenda y entienda por qué se desencadenaron determinadas emociones, pero también formas útiles y saludables de expresar o afrontar esos sentimientos.

    La forma en que afrontamos las cosas de niños a menudo nos acompaña hasta la edad adulta, por lo que su hijo debe aprender a gestionar las emociones a una edad temprana.

    Cuando su hijo puede hacer frente a los grandes sentimientos, puede comportarse de forma más adecuada y es menos probable que se haga daño a sí mismo o a los demás.

    Identificar sus necesidades emocionales y satisfacerlas de forma asertiva y saludable.

    Son más capaces de controlar sus impulsos.

    Son más propensos a recuperarse tras la adversidad o los retos.

    Ser capaces de empatizar con los demás, ya que somos más conscientes emocionalmente, lo que nos ayuda a desenvolvernos socialmente y a tener relaciones fuertes y seguras, ya que podemos conectar más fácilmente con los demás.

Enseñar a los niños a identificar sentimientos

Sad little girl sitting on couch while mother tries to talk to her. Loving caring mother trying to communicate with upset daughter. Young hispanic mother asking little girl whats wrong while trying to comfort her and show support.

La alfabetización emocional de tu hijo y su capacidad para comprender y gestionar sus sentimientos se desarrollan con el tiempo. Puesto que nuestros hijos experimentan emociones antes de poder describirlas, necesitan un apoyo importante de sus padres para ayudarles a desarrollar las habilidades lingüísticas que les permitan nombrar sus sentimientos. También necesitarán ir un paso más allá y aprender estrategias que les ayuden a afrontar los sentimientos una vez que sepan a qué se enfrentan. Algunas estrategias para desarrollar la alfabetización emocional son:5,6

1. Ponle nombre para domarla

Imagina lo incómodo, frustrante o potencialmente aterrador que sería experimentar las sensaciones de una emoción sin saber lo que está pasando. Especialmente las sensaciones incómodas, como la sudoración de las palmas de las manos, la aceleración del corazón y la sensación de calor o temblor. Cuando tu hijo manifieste una emoción, si puedes identificarla y ayudarle a entender qué está sintiendo y por qué, puedes reducir su frustración y su miedo. Esto se debe a que puede entender mejor lo que está ocurriendo en su cuerpo y sentirse más en control. Por ejemplo, puedes decirle: "Veo que estás frustrado porque tu hermana no quiere compartir sus juguetes contigo".

Además, cuando nuestros hijos saben lo que sienten, están mejor preparados para gestionarlo y manejarlo. Por ejemplo, los sentimientos de enfado se gestionan de forma muy diferente a los sentimientos de tristeza, por lo que resulta útil conocer la emoción específica que deben abordar.

2. Nombra esa emoción

Etiqueta las emociones que puedes ver que expresan otras personas. Cuanto más a menudo ayudes a tu hijo a establecer conexiones entre situaciones y emociones, más podrá ver los sentimientos "en acción" y tendrá más conocimientos. Cuando estén mejor equipados para darse cuenta de los sentimientos y entender por qué ocurren, se volverán más compasivos y empáticos. Por ejemplo, diles: "¿Te das cuenta de que tu hermana está contenta porque ha ganado la carrera de atletismo?".

3. Dales palabras

Dicen que el conocimiento es poder, y eso incluye la alfabetización emocional. Cuantas más palabras tenga tu hijo, mejor preparado estará para comunicar y expresar su experiencia emocional única. Por ejemplo, ¿está frustrado o enfurecido? ¿Se siente deprimido o devastado? Tener más palabras permite a tu hijo expresar toda su gama emocional, lo que le ayuda a adecuar eficazmente las estrategias de afrontamiento y a pedir a alguien que satisfaga sus necesidades adecuadamente. Puedes proporcionarle una lista de emociones específica para niños (palabras adecuadas para su desarrollo o imágenes que les ayuden a entenderlas) o buscar un cuadro de emociones infantil que les ayude a descifrar y comprender sus sentimientos.

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4. Juega a juegos de emociones

Puedes jugar a "adivina ese sentimiento", en el que pones una cara y ves si adivinan tus sentimientos. También puedes jugar al bingo de las emociones (que es como el bingo normal, pero imprimes fotos de caras que expresan emociones y trabajas emparejándolas). También puedes leer libros o ver programas de televisión, hacer que adivinen las emociones y explicar por qué los personajes se sienten así.

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5. Utiliza un modelo positivo

Nuestros hijos siempre observan y aprenden de lo que nos ven hacer. Por lo tanto, deje que le vean expresar sus propias emociones y observe cómo las afronta. Puede decir: "Vaya, me siento muy frustrado. Necesito respirar tranquilamente". Sé un modelo positivo y muéstrales el comportamiento que quieres ver en ellos.

6. Enséñeles a sobrellevar la situación

La alfabetización emocional es fundamental porque sustenta la regulación emocional. No sólo debemos enseñar a nuestros hijos a identificar sentimientos, sino también a gestionarlos. Considere la posibilidad de enseñarles a respirar con calma, a saltar (saltos de estrella, rebotar en la cama elástica), a recibir mimos, a ir a un lugar tranquilo u otras formas de autorregularse. Las estrategias de afrontamiento eficaces son únicas para cada persona, así que averigua qué funciona para ti y para tu hijo.

La inteligencia emocional y la alfabetización no son cosas en las que tengamos habilidades automáticamente; son cosas que debemos aprender. Todos los niños necesitan ayuda y orientación para gestionar las emociones fuertes. Las lecciones que aprenden de niños les acompañarán toda la vida, y la alfabetización emocional ayudará a su hijo a desenvolverse en situaciones sociales, a desarrollar relaciones significativas y sólidas y, en general, a tener un bienestar y una satisfacción vital positivos. Enseñar a su hijo a conocer sus emociones es una inversión inestimable para su futuro.

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