6 beneficios del juego simulado

Si tiene un hijo pequeño o ha visto a niños jugando, probablemente esté familiarizado con el juego de simulación, a veces llamado juego imaginativo o de fantasía. Puede que sea testigo de juegos de rol en los que un niño se convierte en médico o superhéroe, o cuando finge que un plátano es un teléfono o que un bloque es un trozo de tarta. El juego de simulación está disminuyendo, en parte porque, como sociedad, estamos cada vez más ocupados y la tecnología mejora (y el tiempo que pasamos utilizándola aumenta). También se valora menos el juego libre, que se considera poco estructurado, improductivo e incluso trivial.1 Es fácil pasar por alto el valor de la imaginación. Pero el juego de fantasía es un pilar esencial en el desarrollo y el bienestar de los niños que se produce de forma natural a cierta edad.

Contenido rápido

¿Qué es el juego simulado?

El juego es un comportamiento que se produce de forma natural en la infancia, lo que significa que nadie tiene que enseñar a un niño a jugar. Es una actividad en la que los niños juegan a fingir que son otras personas (mamá, papá, un cocinero, un veterinario), que un objeto representa algo totalmente distinto o que existen cosas imaginarias (¡hola unicornios!). Tal vez incluso pueda verles copiar algo que han presenciado en el mundo que les rodea.2 Ser capaz de fingir demuestra las habilidades cognitivas de un niño. Si se les observa atentamente, se puede ver cómo su imaginación guía su juego y cómo acceden a recuerdos, ideas y pensamientos para estructurar sus actividades.5,6

Los 6 beneficios del juego simulado

Shot of a little girl pretending to be a doctor while examining her teddybear at home

¿Por qué es tan importante la imaginación? El juego imaginativo no sólo es divertido para los pequeños seres humanos, sino que también está relacionado con una serie de beneficios, como:3,4

1. Habilidades comunicativas

En los juegos de simulación, los niños pueden jugar con el lenguaje sin presiones, ya que no hay exámenes ni lecciones que aprender. Cuando juegan a representar un papel y se meten en el personaje, deben tener en cuenta lo que otro personaje piensa o siente. Pueden cambiar su lenguaje para adaptarse a la situación o incluso cambiar su forma de hablar para representar a un determinado personaje.

2. Autorregulación

A medida que exploran (ya sea jugando solos o con hermanos/amigos), es natural que las cosas se tuerzan o se frustren. Sin embargo, el juego les da la oportunidad de trabajar sus sentimientos o practicar su expresión emocional.

3. Resolución de problemas y conflictos

Al igual que en el punto anterior, a medida que los niños se desenvuelven en su entorno o exploran juegos o actividades, es posible que las cosas no salgan como esperan. Por lo tanto, tendrán muchas oportunidades de resolver problemas sin la interferencia de los adultos, que es donde se produce el verdadero crecimiento y aprendizaje. Cuando los adultos no están cerca o no estructuran el juego, los niños también practican la resolución de conflictos o la solución de problemas con sus compañeros o familiares.

4. Desarrollo de habilidades sociales y emocionales

No sólo aprenden a resolver conflictos, sino también a turnarse, compartir y trabajar en grupo para lograr un objetivo o resultado común. En los juegos de rol, los niños también desarrollan su empatía porque se ponen en el lugar de otra persona y tienen en cuenta sus necesidades/sentimientos para ayudarles a "meterse" en el papel. También pueden practicar roles empáticos como médicos, enfermeros, veterinarios, etc.

5. Creatividad

Los niños que juegan a juegos más elaborados o de simulación son más innovadores y creativos de adultos. Esto se debe a que el juego de simulación permite a los niños representar diferentes escenarios. También pueden utilizar su imaginación para inspirar el juego y el resultado.

6. Confianza e independencia

Cuando nuestros hijos tienen la oportunidad de jugar libremente, pueden dirigirse a sí mismos y asumir riesgos. Esta autonomía les ayuda a sentirse capaces, y se sienten bien al estar al mando de su mundo. No se limitan a explorar su cuarto de juguetes e inventar juegos.

¿Cuál es la edad adecuada para introducir el juego imaginativo?

No es exactamente necesario introducir el juego imaginativo a una edad determinada, ya que es algo que los niños hacen de forma natural. De hecho, el juego imaginativo es constante y existe en todas las culturas (aunque el contenido y el enfoque del juego en sí sean diferentes).2

¿Cuándo empieza el juego imaginativo? Suele comenzar en torno a los 12-18 meses de edad, cuando se aprende la permanencia de los objetos. La permanencia del objeto es una habilidad por la que los niños entienden que, aunque ya no puedan ver un objeto, éste sigue existiendo en el mundo y no ha desaparecido sin más.2 Por eso el cu-cu es tan popular entre los niños pequeños: hasta que no desarrollan la permanencia del objeto, creen que eres literalmente mágico cuando desapareces detrás de tus manos.

Los niños de esta edad suelen empezar con la sustitución de objetos, en la que un objeto representa otra cosa. Por ejemplo, un bloque es un animal, o una taza es un sombrero. El juego de simulación alcanza su punto álgido en torno a los 3-5 años y su juego cambia. Tienden a centrarse en fingir identidades o a representar y explorar escenarios sociales complejos.2

5 consejos para fomentar el juego imaginativo en casa

Little girl disguised as a butterfly sitting on the bed reading a book to her rag doll

Aunque el juego imaginativo se produce de forma natural, debemos dar a nuestros hijos la oportunidad de jugar, ya que es muy importante. Algunas estrategias y consejos para fomentar el juego imaginativo son:2,3,4

1. Menos estructura

Intente reducir la presión y el exceso de horarios para dar a su hijo la oportunidad de dedicarse al juego imaginativo. Pero también... intenta no estructurar su juego. Si un adulto guía el juego de un niño, no obtendrá los mismos beneficios que si utilizara su imaginación o las experiencias vividas para impulsar la actividad (y explorar lo que quiere y necesita para un desarrollo óptimo).

2. Menos es más

Tampoco querrás sobrecargar el cuarto de juegos o la caja de juguetes de tu hijo. Podría tener dificultades para elegir los juguetes y acabar paralizado por el análisis, sin llegar nunca a jugar. Además, si tiene demasiados juguetes (uno para cada ocasión), no necesitará usar su imaginación, ser creativo o pensar de forma diferente.

3. Evite corregir a su hijo

Apártese cuando juegue y no le corrija si sujeta algo mal o lo utiliza de forma no convencional. Es su imaginación la que está haciendo todo el trabajo y no querrás interrumpir ese proceso. Intenta, en la medida de lo posible, dejarles jugar con sus juguetes de formas que tengan sentido para ellos (aunque no lo tengan para ti).

4. Esparcir

Es una palabra un poco extraña, pero esparcir significa esencialmente colocar un montón de juguetes de forma atractiva o en una escena para fomentar el juego. No tienes que decirle a tu hijo cómo debe jugar con los juguetes. No hay una forma correcta o incorrecta de jugar. Es sólo una forma de incitarles a explorar sus juguetes de una manera nueva.

5. Proporcione juguetes de final abierto

Los juguetes de final abierto no tienen un "final" ni hay que jugar con ellos de una manera determinada. Es lo contrario de los juguetes cerrados, que tienen instrucciones específicas, reglas o un final claro. Por ejemplo, un libro para colorear (de final cerrado) frente a un papel en blanco (de final abierto) o un puzzle (de final cerrado) frente a una caja vacía (de final abierto). No es necesario que los juguetes sean totalmente abiertos, pero permiten una mayor creatividad o un juego más representativo.

El juego es sencillo, pero complejo. Es algo que los niños practican de forma natural a cierta edad, pero el proceso real del juego de simulación requiere habilidades cognitivas, emocionales, sociales e incluso físicas. Por eso es tan importante para el bienestar general y el desarrollo del niño. Es esencial que fomentes los juegos de fantasía en tu casa, ya que les ofrecerás oportunidades de aprendizaje que les prepararán para el éxito fuera de casa y en la vida adulta.

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