Qué hacer si crees que tu bebé tiene cólicos

El llanto es una parte normal del desarrollo de los bebés, pero cuando los bebés lloran mucho, suele denominarse "cólico". Los cólicos pueden empezar a los pocos días o semanas de nacer y se caracterizan por un llanto frecuente y prolongado, así como por la inquietud durante o después de las tomas. Puede ser increíblemente molesto y frustrante para los padres, pero ten por seguro que no tiene nada que ver contigo. El padre más seguro y tranquilo puede tener un bebé que llore mucho.

Por término medio, los recién nacidos sanos lloran y se inquietan durante tres horas al día, a veces más. El llanto suele alcanzar su punto álgido en torno a las seis semanas de edad y luego disminuye gradualmente a medida que crecen. Es posible que te des cuenta de que se produce más durante la tarde y la noche, pero esto puede variar cada día. Es natural que te preocupes por el llanto de tu bebé, así que vamos a ver qué hacer si crees que tu bebé tiene cólicos.

Qué hacer si crees que tu bebé tiene cólicos

¿Su bebé pasa largos periodos de tiempo llorando a gritos o en voz alta, quizás levantando las piernas como si le doliera? ¿Parece tener hambre poco después de la toma, o bien se queja del pecho o del biberón? ¿Nada de lo que haces parece cambiar la situación cuando intentas calmar a tu bebé en este estado?

Si ha respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas, esto es lo que puede hacer:

  1. El primer paso es asegurarse de que no hay ningún problema físico. Descubrir que no hay ningún problema médico subyacente que provoque el llanto puede ser increíblemente reconfortante.
  2. Acude a tu enfermera de salud materno-infantil. La enfermera puede observar tu técnica de alimentación, o remitirte a un asesor de lactancia, e informarte de los programas que pueden ayudarte a asentarte.
  3. Dedica tiempo a cuidarte a ti misma. Intentar cuidar de un bebé, de ti misma, de otros miembros de la familia y de un hogar es demasiado en estos momentos. Si te sientes estresada por hacer demasiadas cosas (sobre todo con muy pocas horas de sueño), todos sufrirán. Lee cómo el autocuidado no tiene por qué ser tan complicado.
  4. Mantén a tu bebé cerca de ti. Mece o coge a tu bebé en brazos, en un fular o en un portabebés. Los bebés pequeños necesitan mucho calor y seguridad. Envolver al bebé en ropa de abrigo y sostenerlo al ritmo constante y relajante de los latidos del corazón de los padres puede a veces calmar el malestar o la angustia del bebé.
  5. Reduce la estimulación. Cuando esté inquieto en casa, baja las luces, apaga la televisión, pon música suave o ruido blanco y respira profundamente para intentar calmarte. Date un baño caliente con él o dale un masaje relajante. Algunos bebés pueden sobreestimularse rápidamente.
  6. Toma suplementos de probióticos. Si tu bebé amamantado tiene cólicos, podría ser útil utilizar el probiótico Lactobacillus reuteri. Los probióticos son bacterias vivas que pueden ayudar a mantener sano el sistema digestivo. Si quieres probar estas gotas, es conveniente que lo comentes con tu médico de cabecera, tu asesora de lactancia o tu enfermera.
  7. Chupar puede calmar y tranquilizar. Los bebés amamantados buscan el pecho para reconfortarse tanto como para tener hambre o sed. Un bebé alimentado con biberón puede buscar consuelo chupando y un chupete puede ayudarle. Tanto los recién nacidos amamantados como los alimentados con biberón deben ser alimentados a demanda (asegurándose de no sobrealimentarlos, lo que puede provocar más sensación de malestar).
  8. Reducir el cansancio excesivo. Un bebé demasiado cansado está inquieto, malhumorado y es mucho más difícil que se duerma. Por eso es importante tener en cuenta las horas de vigilia. Si quieres que tu bebé esté tranquilo, llore menos y duerma mejor, mantén un ojo en tu bebé y otro en el reloj.

Experimenta para ver qué estrategias funcionan para tu bebé, pero probablemente descubrirás que lo que funciona un día no siempre funciona al siguiente. Todavía no sabemos mucho sobre las causas de los cólicos, pero puede ser útil ver este cuarto trimestre desde la perspectiva de tu bebé, y estar segura de que esta fase pasará. Dicho esto, puede ser física y emocionalmente agotadora, así que si no lo estás superando, busca el apoyo de tu médico de cabecera, de la enfermera de salud materno-infantil, del grupo de madres y pide ayuda a tus amigos y familiares.

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