Feliz Día de los Veteranos! 4 cosas que hay que dejar de decir a los cónyuges de los militares

Deja de decir estas cosas a los cónyuges de los militares.

Gracias capitán, he tenido una vista de primera fila de su capacidad de recuperación básicamente desde que nacieron porque los niños son realmente malditamente resistentes. SIN EMBARGO. El hecho de que algo rebote cuando lo tiras al suelo, no significa que el impacto de golpear el suelo, la abolladura que deja, sea irrelevante.

Sí, rebotó... pero para hacerlo, todo el impulso que tenía en su trayectoria, todo ese movimiento se detuvo abruptamente en un momento y sin elección se redirige en la dirección opuesta. Entiendes que aquí seguimos hablando de niños, ¿verdad? ¿Niños pequeños, emocionalmente inmaduros y con muy poca experiencia vital? Bien, sólo me aseguro de que sigues la pista.

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Su dolor, su experiencia, sigue siendo jodidamente relevante y no importa su edad, importa. Así que, a no ser que quieras lidiar conmigo exigiendo respeto por lo que es una experiencia muy difícil para ellos, te sugiero que des a la gente pequeña y a sus emociones el crédito y la empatía que merecen.

Uhhh, bueno, hay algo en lo que podemos encontrar un punto en común porque yo tampoco lo sé, hermana. Sin embargo, la cosa es que no tengo elección porque renunciar o dejar al hombre que amo no es exactamente una opción. Así que te las arreglas, aguantas y aprendes lo jodidamente fuerte que puedes ser cuando no tienes otra opción. Es todo lo que puedes hacer. No sabemos qué decirte cuando dices esto.

Espera, ¿qué? ¿Debería estarlo? ¿Está en peligro en ese país extranjero que odia a los americanos? Cielos, no había pensado en eso. Gracias por sacarlo a relucir (OJO). Esto, literalmente, ni siquiera necesita ser una pregunta.

K. ¿Trajiste tus guantes o vamos a luchar sin ellos? ¿Qué clase de persona trata de disminuir o justificar de alguna manera la angustia y el dolor por el que está pasando otro ser humano diciendo "sabías que esto iba a pasar"? Sí, tal vez sabía que con el tiempo necesitaría que me amputaran una pierna o un brazo o un corazón, tal vez incluso que un día me pondría accidentalmente delante de un coche en marcha. Pero ninguno de esos escenarios hipotéticos me preparó para decir adiós, con suerte sólo por seis meses, a mi mejor amigo, el héroe de mis hijos y la luz de todas nuestras vidas. Si nunca has vivido exactamente esto, siéntate, cállate y escucha exactamente cómo puedes ayudar.

Lo mejor que puedes decir es "Dios, amigo. Esto suena muy duro, ¿qué puedo hacer?"

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