Huelga de Leche: Cuando tu bebé se niega a comer y qué hacer

Una huelga de leche, o una huelga de lactancia, puede empezar de la nada. Es alarmante que tu pequeño campeón deje de mamar de repente. Las huelgas de lactancia pueden resultar abrumadoras, pero puedes estar tranquila: no suelen durar mucho, así que no tires la toalla todavía. Hay formas de superar la huelga de lactancia de tu pequeño que te permitirán volver a la rutina de la lactancia antes de que te des cuenta.

Contenido rápido

¿Qué es la huelga de leche?

La huelga de leche es una negativa brusca del lactante a mamar. Puede durar desde una sesión de lactancia hasta varios días. En cualquier caso, cuando tu pequeño se niega a mamar, suele haber una causa relacionada.1,2

Posibles causas

de la huelga de leche

Hay muchas causas posibles para que un bebé tenga una huelga de leche repentina. Algunas se solucionan rápidamente, mientras que otras requieren tiempo.

Enfermedad o dolor

Es posible que tu pequeño se sienta incómodo. Esto puede deberse a una enfermedad o a algo que le cause dolor: congestión nasal, estómago revuelto, un diente nuevo, una infección de oído, etc. Cualquier enfermedad o lesión puede hacer que tu bebé se sienta mal, y puede experimentar tantas molestias que la lactancia materna le resulte poco apetecible o demasiado trabajosa.2

Bajada hiperactiva

Puede que tengas la sensación de que tu bebé está mamando bien tras el parto y, de repente, notes un cambio cuando te sube la leche. Esto podría deberse a que tienes una bajada de leche hiperactiva o forzada. Esto significa que, cuando tu bebé empieza a mamar, se siente abrumado por la cantidad de leche que recibe de golpe, lo que puede provocar un rechazo del pecho.1

Disminución de la producción de leche

La disminución de la producción de leche puede deberse a varios motivos, como el estrés o el hecho de no comer lo suficiente. Pero si tu pequeño recibe menos leche de la que está acostumbrado al pecho, puede frustrarse y negarse a mamar.2,5

Mamá tiene un nuevo olor

Los recién nacidos tienen un poderoso sentido del olfato. Y tu bebé conoce tu olor e incluso el de tu leche materna. Si se produce un cambio en tu olor, es posible que tu pequeño no lo reconozca o no le guste, lo que puede provocar un rechazo del pecho y una huelga de leche. Los cambios en tu olor pueden deberse a una nueva loción, perfume, jabón para la ropa o desodorante.1,4

Distracciones

Si amamantas a tu bebé en un lugar con ruidos fuertes o muchas distracciones, puede decidir que esas cosas son más interesantes que amamantarlo.2

Estrés

Si tu pequeño se siente estresado, puede negarse a mamar. Este estrés puede deberse a un cambio de rutina o incluso a la primera vez que vuelve al pecho tras un "incidente de mordiscos", que provocó una fuerte reacción por tu parte.2

¿Qué puede hacer para ayudar?

Aunque una huelga de lactancia puede ser estresante para una madre lactante, hay formas de superar esta difícil experiencia.3

Sigue intentándolo

Cuando llegue de nuevo la hora de comer, intenta poner al bebé al pecho. Si resulta estresante para ti y para el bebé, no lo fuerces; deja de hacerlo e inténtalo de nuevo la próxima vez. Algunas personas consiguen dar el pecho cuando el bebé tiene más sueño. Puede ser mientras se duerme, en una toma de sueño o incluso justo cuando se despierta.

Encuentra un lugar tranquilo para dar el pecho

Busca un lugar apacible, tranquilo y sin distracciones si tu bebé está en huelga de leche. Esta zona tranquila puede incluso ayudarte a relajarte a ti también, mamá. Un bebé puede captar el estrés de su madre, y que tanto la madre como el bebé estén relajados puede ayudar.

Extraiga leche

Si su bebé se niega a mamar, asegúrese de proteger su reserva. Esto significa extraer leche. Como ya hemos dicho, intenta poner al bebé al pecho en cada toma. Si sigue negándose, asegúrate de extraerte leche. La extracción de leche, incluso con el sacaleches, indicará a su cuerpo que todavía necesita producir leche.

Prueba nuevas posturas

Cambia las cosas y prueba nuevas posturas de lactancia durante una subida de la leche. Nunca se sabe qué postura puede resultar más cómoda para el bebé. Un simple cambio puede hacer que se sienta relajado y preparado para volver a mamar.

Muchos mimos y abrazos

Prueba a ponerlo en contacto piel con piel y a darle muchos mimos para seguir facilitando el vínculo afectivo con tu bebé.

Aborde cualquier preocupación médica

Si su pequeño está enfermo o sufre alguna dolencia que le cause malestar, hable con el equipo médico de su bebé para abordar estas preocupaciones.

Busque ayuda

Póngase en contacto con su equipo sanitario y su asesora de lactancia para obtener orientación y apoyo. Superar una huelga de lactancia puede ser estresante, y contar con un equipo de apoyo que te aconseje y te ayude es esencial.

¿Afectará esto a mi bebé?

Tú y tu pequeño sois un equipo de lactancia que estáis atravesando juntos esta huelga de leche. Y puede que juntos probéis cosas nuevas, como nuevas posturas para dar el pecho, pero lo más importante durante una huelga de lactancia es que tu bebé siga siendo alimentado. Puede que sea diferente y que no sea a lo que tu bebé está acostumbrado. Esto podría significar introducir un biberón u otro método de alimentación. Asegúrate de controlar si tu pequeño sigue mojando los pañales. Consulta con el equipo médico de tu bebé si la huelga de leche continúa para asegurarte de que sigue ganando peso adecuadamente y abordar cualquier problema que pueda estar causándola.

¿Qué pasará con mi producción de leche?

Si su bebé no extrae leche al mamar, es esencial que tome medidas para proteger su producción. La cantidad de leche que se extrae de los pechos indica al cuerpo cuánta leche debe producir. En pocas palabras, es un proceso de oferta y demanda. Si no se extrae leche de los pechos mientras su bebé está en "huelga", corre el riesgo de que disminuya su producción de leche.2

Cuando tu bebé empieza una huelga de leche por primera vez, puede ser alarmante. Con paciencia y un poco de trabajo detectivesco, tu bebé puede volver a tomar el pecho en poco tiempo. Ponte siempre en contacto con tu equipo sanitario y de lactancia para que te orienten y te den más apoyo.

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