Cómo evitar las rabietas de los niños a la hora de dormir

¿La hora de acostarse con tu hijo pequeño es como una batalla? Las rabietas de los niños pequeños a la hora de acostarse pueden dejar a las mamás y a los papás exhaustos y frustrados cuando su personita, normalmente feliz, se convierte en un caos de sollozos y gritos. Las rabietas de los niños pequeños no son divertidas en ningún momento, pero cuando su hijo grita a la hora de acostarse, sobre todo si ha tenido un día largo, puede ser todo un reto. ¿Cuál es la causa de este cambio y, lo que es más importante, qué puedes hacer para devolver la calma a la hora de acostarse?

Contenido rápido

¿Qué son las rabietas de los niños pequeños a la hora de dormir?

Una rabieta de un niño pequeño a la hora de acostarse es muy parecida a una rabieta normal, en la que da patadas, grita, se agita, se agacha, arquea la espalda, huye o incluso se hace daño. Es un arrebato repentino de emoción, pérdida de control o comportamiento desorganizado. Por lo general, es una forma de expresar un sentimiento importante y de comunicárnoslo. Es probable que los gritos o peleas de tu hijo a la hora de acostarse se deban a que no ha desarrollado las habilidades verbales necesarias para decirte qué le pasa o a que aún no ha aprendido a gestionar o regular sus grandes sentimientos.1

¿Son normales las rabietas de los niños pequeños a la hora de dormir?

Las rabietas de los niños pequeños a la hora de dormir se producen específicamente en el período previo a la hora de acostarse o se asocian de algún modo con el sueño. Esencialmente, el sueño, o sus sentimientos sobre el sueño, son un desencadenante de algún tipo. Es más probable que las rabietas se produzcan cuando nuestros pequeños tienen hambre, están cansados o sobreestimulados y durante los períodos de transición, que son los elementos críticos de la hora de acostarse.2

Al final del día, están agotados y, a menudo, les pides que dejen de hacer algo con lo que disfrutan, como jugar y conseguir que se calmen o empiecen a prepararse para irse a la cama. Aunque puedan resultar increíblemente desafiantes, las rabietas de los niños pequeños a la hora de dormir (y las rabietas en general) son típicas de niños de entre 18 meses y cinco años.3

¿Por qué grita mi hijo a la hora de dormir?

Hay muchas razones por las que su hijo puede gritar a la hora de acostarse, como por ejemplo:2,3,4

    La ansiedad por separación es una parte normal del desarrollo infantil, por lo que dejarte y tener que ir solo a su habitación puede ser angustioso para algunos niños.

    ¡FOMO (miedo a perderse algo)! Nuestros pequeños pueden vernos a nosotros, o a los hermanos mayores, permanecer despiertos y sentir que se están perdiendo la diversión.

    Dificultades para regularse, relajarse o estabilizarse.

    Transiciones repentinas o inesperadas de alguna actividad placentera a tener que irse a la cama.

    Pesadillas recientes y, en consecuencia, sensación de no poder conciliar el sueño.

    Estar sobreestimulado, en particular, pasar demasiado tiempo frente a una pantalla antes de acostarse.

    Deseo de ser más independiente y sensación de falta de control sobre la decisión de irse a la cama.

    Queriendo tu atención

    Enfermedad u otras molestias

Cómo manejar las rabietas de los niños pequeños a la hora de dormir

Es esencial mantener la calma durante las rabietas de los niños pequeños a la hora de dormir. Sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero si gritas, chillas o tienes un arrebato, la situación puede empeorar, ya que tu hijo se alimentará de tus emociones. Por lo tanto, asegúrate de que tienes estrategias para calmarle cuando te enfrentes a la rutina nocturna.

Intente identificar el desencadenante

¿Está su hijo demasiado cansado? ¿Busca llamar la atención? ¿Ha tenido una pesadilla recientemente? Una vez que averigüe cuál es el desencadenante, podrá determinar qué estrategia puede ser la más eficaz.

Conexión

Asegúrate de que tu hijo tiene muchas oportunidades de conexión y atención antes de acostarse. Si le "llenas el vaso" antes de irse a la cama, será menos probable que haga una rabieta para conectar contigo. Si la rabieta se debe a la ansiedad por la separación, el contacto, los mimos y el tiempo juntos antes de acostarse pueden aliviar sus preocupaciones.

Deja tiempo suficiente para las transiciones

Si anuncias que es hora de acostarse y esperas que tu hijo pequeño se meta en la cama sin rechistar, es probable que reacciones de forma exagerada. Sobre todo si se lo pides sin avisar o si está ocupado en alguna otra actividad divertida. Para recordarles con suficiente antelación que se acerca la hora de acostarse, puedes utilizar estrategias que faciliten la transición, como:

    Pon un reloj en la pared y muéstrales cuánto tiempo queda antes de acostarse.

    Utiliza un temporizador o una alarma para anunciar que ha llegado la hora de acostarse. Y recuérdaselo a intervalos (30 minutos para irse a la cama, 15 minutos, 5, 1, o el intervalo que más te convenga).

    Coloca una tabla con la rutina para irse a la cama para que puedan ver fácilmente qué es lo que sigue y en qué punto de la rutina se encuentran (para que sepan lo cerca que está la hora de irse a la cama y lo que viene después).

    Comienza los preparativos con suficiente antelación. ¿Quieres que se vaya a dormir a las 19.30? No empieces la rutina nocturna a las 7:15. Date a ti y a tu hijo tiempo suficiente para que la presión desaparezca y ambos estéis más tranquilos. Si se acuestan pronto, podréis pasar más tiempo acurrucados o leyendo juntos.

Establezca una rutina para que sepan qué esperar

Nos gusta saber lo que va a ocurrir a continuación; nos hace sentir seguros. Puede ser más fácil relajarse, o nuestro cuerpo se pone en piloto automático porque sabe lo que va a pasar a continuación. Sigue una rutina sencilla con tu hijo para que todo sea predecible. Así ayudarás a su cuerpo a reconocer las señales de la hora de acostarse.

Evita ceder a sus demandas

Los niños pequeños están aprendiendo cómo influyen en quienes les rodean con su comportamiento (lo que incluye las rabietas a la hora de acostarse). Si se dan cuenta de que pueden retrasar la hora de irse a la cama o conseguir ese cuento extra haciendo una rabieta, es mejor que creas que seguirán haciendo rabietas para conseguir lo que quieren. Si no estás dispuesto a continuar con ciertas actividades o a ceder a la hora de acostarse (por ejemplo), lo mejor es que seas constante y no cedas; de lo contrario, lo más probable es que las rabietas de tu hijo pequeño a la hora de acostarse vayan a más.5

Name That Feeling

Ayudar a tu hijo a aprender a identificar y etiquetar sus emociones le ayuda a sentirse más en control y menos frustrado o asustado por los grandes sentimientos. También puede ayudarte a entender por qué puede estar evitando irse a la cama o angustiándose por ello.6

Sin sobornos

Los sobornos sólo funcionan a corto plazo, y tu hijo pequeño puede aprender que si tiene una rabieta a la hora de acostarse, le ofrecerás algo bonito para que deje de hacerlo. Lo más probable es que esto aumente el comportamiento en lugar de reducirlo.8

Presta atención a las señales de sueño y reacciona con rapidez

No dejes que tu hijo se canse demasiado. Pueden ponerse nerviosos, lo que dificulta que se duerman debido a las hormonas que recorren sus cuerpos. Observa si se frota los ojos, bosteza, tiene la mirada vidriosa, etc. Si detectas alguno de estos síntomas, adelanta la hora de acostarlo y ponte manos a la obra con la rutina nocturna.9

Dale a tu hijo algo de control

Si la rabieta de tu hijo pequeño a la hora de irse a dormir tiene que ver con el control, dale un poco, así es menos probable que cree una batalla sobre la hora de irse a dormir. No estoy diciendo que le dejes tomar el mando, sino que le des más opciones, como elegir su pijama o el cuento de buenas noches. Hazles participar en la rutina nocturna, por ejemplo, si es mejor bañarse o ducharse o cepillarse los dientes.

No razone con él durante la rabieta de su hijo antes de acostarse

Su hijo no está preparado para escucharle en medio de su rabieta, ni es siempre el mejor momento para hablar directamente sobre su comportamiento antes de acostarse. Puedes elegir otro momento o incluso el día siguiente para abordar las cosas o hacer un cambio.

Incluya estrategias de relajación en su rutina para irse a la cama

Puede que le interese enseñar a su hijo a hacer ciertas posturas de yoga para niños o aprender a hacer respiraciones de relajación y luego asegurarse de que cada noche practica estas estrategias antes de acostarse para ayudarle a sentirse tranquilo.

Evite los alimentos y las bebidas azucaradas antes de acostarse

Esta recomendación probablemente se explique por sí sola, pero sigue siendo esencial. Si quiere que su hijo esté preparado para irse a la cama, evite que su organismo contenga estimulantes como el azúcar o la cafeína.10

Don't Try and Avoid Toddler Tantrums at Bedtime

A veces, cuando intentamos evitar las rabietas, accidentalmente hacemos demasiado por nuestros hijos o potencialmente somos demasiado permisivos porque tememos la rabieta. No pasa nada si tu hijo tiene grandes sentimientos. Identifica sus sentimientos y ayúdale a encontrar estrategias para gestionarlos, pero no cedas ni pases de puntillas a su alrededor por miedo a provocar una rabieta.

¿Cómo prevenir las rabietas de los niños pequeños a la hora de dormir?

No existe una clave mágica ni una serie de pasos que puedas seguir para evitar por completo las rabietas de los niños pequeños a la hora de acostarse. Esto se debe a que, en su mayoría, son de naturaleza evolutiva. Son normales; a pesar de tus esfuerzos, tu hijo tendrá rabietas de vez en cuando. Sin embargo, algunas estrategias para lidiar con las rabietas de los niños pequeños o minimizar la duración de las rabietas o su frecuencia son las siguientes:

Limite el tiempo de pantalla inmediatamente antes de acostarse

Las pantallas de teléfonos y ordenadores emiten una luz azul para que las imágenes sean claras y nítidas. Pero esta luz interfiere con el ritmo natural de sueño de nuestro cuerpo y puede engañar a nuestro cerebro haciéndole creer que está filtrando la luz del día. En pocas palabras, nuestro cerebro piensa que es hora de estar despierto. Además, lo que se ve en la pantalla puede influir. Los juegos, los colores vivos y los ruidos fuertes pueden provocar la liberación de hormonas del estrés (adrenalina o cortisol) que alteran las hormonas de nuestro cuerpo y nuestra capacidad para relajarnos, conciliar el sueño y mantenerlo. Así que limita el acceso a las pantallas en las horas previas a acostarse para evitar las rabietas de los niños a la hora de dormir.7

Dales tiempo para hacer ejercicio

Asegúrate de que tienen muchas oportunidades de mover el cuerpo durante el día y gastar su energía. Dé a su hijo la oportunidad de salir al aire libre, correr y gastar energía para que esté cansado y preparado para irse a la cama.

Wind Down in Preparation for Bed

No sigas el ejemplo de mi marido. Le encanta jugar a perseguir a los niños o hacerles cosquillas y reír mientras los lleva a su habitación. El resultado es un niño sobreexcitado que no quiere irse a la cama. Intenta mantener las luces tenues, las pantallas apagadas y el ruido al mínimo, o dales un baño caliente para intentar tranquilizarlos y conseguir que sus cuerpos se relajen y estén listos para dormir.

Las rabietas de los niños pequeños a la hora de irse a dormir pueden ser esperables, pero eso no significa que tengan que gustarte o aceptarlas. Hacer frente a estas rabietas puede ser agotador, pero la constancia es fundamental. Haz que tu hijo participe en la elaboración de un plan o rutina para la hora de acostarse, fija tus expectativas y déjalas claras, prepara a tu hijo y, a continuación, cíñete al plan como si fuera pegamento. Puede llevar algún tiempo, pero con la repetición, tu hijo pronto estará más preparado y listo para irse a la cama, con suerte, sin las rabietas.

Noticias relacionadas