Cómo me gané el apodo de "niñera de trillizos"

He trabajado con múltiples durante muchos años, y ya sean 2, 3 o incluso 6 (sí, he ayudado a cuidar de sextillizos), hay una alegría especial que proviene de ayudar a una familia que va a tener múltiples a darse cuenta de que todo irá bien, de que saldrán adelante, y de que puedo mostrarles y enseñarles habilidades que no sólo harán que sus primeras semanas y meses de vida sean manejables, sino incluso agradables. Hace muchos años, me gané el apodo de "niñera de trillizos" mientras trabajaba con una familia increíble en Scottsdale, Arizona.

Esa familia era particularmente especial para mí porque hacía mucho tiempo que no hacía un trabajo en régimen de internado, y fue muy divertido ver a esos bebés crecer y desarrollarse. Mi querida amiga Jenn solía decir que "hace falta un tipo especial de rareza para querer trabajar con trillizos" pero, sinceramente, a mí me encanta. Eso no significa que no tenga sus propios retos.

¿Cómo se consigue exactamente que tres bebés duerman toda la noche, todos en la misma habitación, todos al mismo tiempo, sin que se despierten unos a otros? ¿Qué se hace cuando uno está enfermo? ¿Qué se hace cuando uno llora? ¿Qué hacer cuando el más pequeño (3 libras, 13 onzas al nacer) resulta ser feroz y decidido? Es un reto, sin duda, pero también es increíblemente divertido.

Era más divertida como niñera que como madre.

Mis padres me pusieron el nombre de bebé más común, así que me empeñé en encontrar uno único para mi hijo

A lo largo de los años, he tenido el privilegio de trabajar con familias de bebés múltiples muchas veces, y cada vez, es tan increíblemente gratificante ver lo bien que les va a los bebés y lo bien que sus padres aprenden a manejar la vida con más de un bebé a la vez! Desde la instalación de todas esas sillas de coche en la furgoneta (¡nueva!) y la búsqueda de una forma de hacer que todas quepan de forma segura, hasta la negociación de un cochecito gigante, pasando por la limpieza de las paredes de la cocina decoradas con puré de plátanos y aguacate, los padres de múltiples tienen las manos llenas y yo he podido formar parte de ello.

Entonces, ¿cómo lo hacen? ¿Qué les enseño? Permítanme compartir algunos consejos que facilitan la vida con los bebés múltiples, sobre todo en esos primeros y difíciles meses.

Consejo nº 1: Ponerles un horario. Respetamos que los bebés son individuales, por supuesto, pero cuando te superan en número 2 o 3 a 1, también tienes que encontrar formas prácticas de hacer que funcione. Así que, siempre que todos estén sanos y se encuentren bien, en la medida de lo posible, dales de comer a la vez (o muy juntos), haz que todos duerman la siesta a la vez, duerme por la noche a la misma hora, etc... Sé que parece una locura, pero si no lo haces, literalmente nunca, nunca te sentarás. ¿Y el tiempo de calidad entre padres y pareja? Sin un horario, ¡olvídalo!

Consejo nº 2: Recuerda que esto no es para siempre. El primer año con múltiples puede ser brutal algunos días; no hay manera de endulzarlo. Pero otros días son pura diversión y alegría y, a medida que crecen, aprenden a jugar (¡y a pelearse!) juntos y todo se vuelve más fácil. Tienen la misma clase de música o de gimnasia para bebés (aunque tenga que venir alguien a ayudarles), empiezan el colegio juntos, acabarán teniendo los mismos deberes y... finalmente aprenderán a conducir al mismo tiempo. Así que recuerda que es temporal, y en medio del caos, tómate el tiempo para disfrutar del regalo único que sólo unos pocos padres privilegiados pueden compartir.

Consejo nº 3: Sea como sea, alimenta la relación que te metió en esto en primer lugar. Aunque sea contratando a una niñera para que podáis salir a pasear (porque seamos realistas, puede que no os podáis permitir una niñera y salir a cenar) cada dos semanas y simplemente hablar. Dedica tiempo a ello. Porque algún día estos preciosos bebés crecerán y dejarán el nido y vosotros seguiréis teniéndoos el uno al otro.

Y, por último, el consejo nº 4: encuentra la alegría en las pequeñas cosas. Puede parecer un caos total muchos días en tu casa, pero en medio de la confusión, párate a contar los dedos de los pies (¿cuántos padres consiguen contar 30 a la vez?), mira cómo duermen, hazles cosquillas en la barriga hasta que se rían y léeles. Estos momentos son preciosos, y nunca se dice lo suficiente: antes de que te des cuenta, habrán crecido y se habrán ido.