Compartir la cama con el bebé: Reducción de riesgos y beneficios

Dormir con tu bebé es biológicamente normal, instintivo y beneficioso, por lo que no es de extrañar que compartir la cama sea una práctica común en todo el mundo. Algunos bebés sólo duermen cerca de sus cuidadores, mientras que otros necesitan estar cerca durante etapas delicadas del desarrollo (como la progresión del sueño). Muchos padres oyen decir que compartir la cama es inseguro, por lo que pueden dormir en el sofá con su bebé, lo cual es extremadamente peligroso. Queremos asegurarnos de que tomas precauciones para crear entornos de sueño seguros, por lo que hemos elaborado esta guía para compartir la cama con tu bebé.

Tanto si es tu intención como si no, puede llegar un momento en el que te resulte más práctico llevarte a tu bebé a la cama durante la noche. Aunque tu bebé empiece en su cuna al principio de la noche, llevarle a tu cama puede facilitarle la alimentación y el reposo cuando tú ya estás tan cansada. Puede que algunas noches juguéis al juego de las camas musicales, así que es buena idea ser bastante flexible en cuanto a dónde duerme tu bebé (¡y el resto de la familia también!).

Las recomendaciones australianas sobre el sueño seguro

Red Nose recomienda que el bebé duerma en una cuna junto a la cama de sus cuidadores durante los primeros seis a doce meses de vida, ya que se ha demostrado que esto reduce el riesgo de SUDI (Sudden Infant Death in Infancy, término que incluye el síndrome de muerte súbita del lactante [SIDS] y los accidentes mortales al dormir).

Compartir la superficie de descanso con el bebé aumenta los riesgos de SMSL y de accidentes mortales al dormir, pero Red Nose es partidaria de minimizar los riesgos. En otras palabras, la educación es la clave. Los padres deben estar informados sobre las estrategias de la mejor investigación disponible en todos los entornos de sueño para ayudarles a tomar una decisión informada que se adapte a las circunstancias culturales y ambientales de su familia. En primer lugar, veremos qué es lo que aumenta los riesgos y, a continuación, las estrategias para reducirlos.

El riesgo aumenta significativamente cuando se comparte la cama en las siguientes circunstancias
  • Cuando los bebés tienen menos de 3 meses de edad
  • Cuando los bebés nacen prematuramente
  • Cuando los bebés son más pequeños que su edad gestacional
  • Cuando los bebés están expuestos al consumo de tabaco, alcohol, drogas y medicamentos sedantes por parte de los padres
  • Cuando el cuidador está demasiado cansado
  • Cuando el cuidador es obeso
  • Cuando los bebés comparten la cama con otros niños o mascotas
  • Cuando el bebé puede quedar atrapado entre la pared y la cama, puede caerse de la cama o puede rodar sobre ella
Las estrategias para reducir los riesgos en un entorno de sueño compartido incluyen
  1. Poner al bebé boca arriba (y nunca boca abajo).
  2. Asegúrate de que el colchón esté limpio, sea firme y esté plano (no inclinado ni elevado). La solución más segura es que el colchón de los adultos esté en el suelo.
  3. Mantén la ropa de cama, las mantas y las almohadas de los adultos, así como cualquier otro elemento blando, lejos de tu bebé. En su lugar, puedes utilizar un saco de dormir infantil seguro para que tu bebé no comparta tu ropa de cama.
  4. Utiliza mantas ligeras y ponte tú misma un top abrigado, en lugar de pesadas doonas.
  5. Nunca envuelvas o envuelvas a tu bebé si compartís superficie de descanso.
  6. Quítale los collares de dentición antes de dormir, si los usa, y cualquier joya propia.
  7. Coloca al bebé al lado de uno de los padres, no en medio de los dos, ya que aumentará la probabilidad de que el bebé quede cubierto por la ropa de cama del adulto.
  8. Procura que el bebé no esté cerca del borde de la cama, pero no utilices almohadas para evitar que ruede. Evita empujar la cama contra la pared.
  9. Si tienes el pelo largo, recógetelo para evitar que se enrede en el cuello del bebé.
  10. Asegúrate de no dejar nunca al bebé sin vigilancia.
Entre los beneficios de compartir el sueño con el bebé se encuentran
  • Mejora de los resultados de la lactancia materna
  • Reducción de los suplementos de leche artificial
  • Mejora del sueño materno
  • Aumento de la excitación del bebé durante el sueño
  • Menor número de problemas de sueño del lactante señalados por los padres
  • Mejora del vínculo materno y de la capacidad de respuesta
  • Mejora del asentamiento del bebé con menos llanto y menor respuesta al estrés
  • Mayor autoestima, mejores habilidades sociales y resultados emocionales en la vida posterior

Para conocer los resultados de las investigaciones sobre cada uno de estos beneficios, dirígete a Red Nose. Su programa Sueño Seguro se basa en pruebas científicas. El descenso del 80% de las muertes por SMSL y las más de 9.000 vidas que se han salvado son testimonio de la eficacia del programa.

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