¿Su bebé mayor no está interesado en los sólidos? Pruebe estos 5 consejos

¿Su bebé tiene más de 9 meses y sigue siendo reacio a llevarse comida a la boca o a beber algo que no sea leche? ¿Está usted comprensiblemente frustrado y preocupado por su ingesta de nutrientes, su mínima exposición a los alimentos alergénicos y su falta de interés por la comida?

Lo primero que hay que abordar es el "por qué". Hay varias razones posibles para la reticencia o el rechazo a los sólidos, y aquí hay algunas.

Por qué el bebé puede no estar interesado en los sólidos
  • Incomodidad en la trona: ¿Tu bebé tiene los pies apoyados? Si le cuelgan las piernas, significa que debe hacer un gran esfuerzo para sentarse, coger la comida, llevársela a la boca, masticar y tragar. Esto requiere una gran coordinación con la que puede estar luchando.
  • Habilidades motoras orales: Si la comida se les cae de la boca, o no la mastican o tragan, es posible que sus músculos motores orales (que nos permiten masticar y tragar) necesiten ser reforzados.
  • Dificultades de procesamiento sensorial: ¿Exploran a menudo con la boca elementos no alimentarios? ¿Cómo reacciona cuando se moja o se ensucia?

Para descartar cualquier causa fisiológica, habla con un pediatra, un logopeda, un especialista en lactancia, un dentista pediátrico o un terapeuta ocupacional si sospechas que hay dificultades de motricidad oral o de procesamiento sensorial.

Sigue leyendo para conocer 5 sencillas estrategias que puedes experimentar para animar a tu bebé a comer (pista: ¡no hay pegatinas ni premios!)...

1. Todo depende de los tiempos

Si rechaza las comidas porque está lleno después de tomar el pecho o el biberón, es posible que tengas que esperar al menos una hora o más entre la leche y los sólidos. A partir de los 9 meses, puedes empezar a ofrecerle alimentos sólidos antes que la leche. Aquí tienes algunos consejos para equilibrar los sólidos con las tomas de leche.

2. Deja de lado la trona por ahora

Mantén el horario habitual de las comidas, pero relaja el lugar por ahora en caso de que la trona le resulte incómoda y la asocie negativamente con la comida. Algunas alternativas podrían ser:

  • Siéntate con ellos en tu regazo y deja que cojan la comida de tu plato
  • Haz picnics al aire libre o en el suelo
  • Pruébalos en un asiento elevado en una silla de comedor para que se sienten a la mesa como el resto de la familia
3. Anímales a jugar con la comida

Esto puede sorprender a algunos padres, pero la comida debe ser divertida. Coloca delante de ellos una porción de yogur o algún otro puré para que jueguen con él a la hora de comer. Olvídate de los utensilios e incluso de los platos, si puedes. Acepta el desorden y permíteles que toquen la comida, que la unten por toda la mesa, que se la pasen por el pelo y que la vean caer al suelo.

Lo que queremos es un bebé que asocie la hora de la comida con el disfrute. Respira hondo... ¡esta etapa merece la pena!

También puedes dejar para el final de la comida la limpieza de las manos y la cara con un paño suave y húmedo. Explícales lo que estás haciendo mientras les limpias.

5. Mantén un ambiente y un lenguaje positivos

Si tu hijo hace muecas, en lugar de reírse o decir "no te gusta", sonríe, mantén la calma y vuelve a intentarlo. Por muy emocionado que estés, no hay que darle importancia ni hacer que comer sea el objetivo. Si juegan con la comida, lamen o prueban antes de escupirla, son logros importantes.

¿Tira la comida? Ofrézcale pequeñas cantidades para que no se frustre por el desperdicio de comida, y lea ¿Por qué mi bebé tira la comida?

Si se enfadan en la mesa, no es necesario insistir en que se queden allí. Puedes ponerlos en tu regazo mientras terminas la comida, o ponerlos en el suelo si no están contentos. Queremos que la hora de la comida sea positiva.

No es necesario pedir "sólo un bocado", ni utilizar la distracción para alimentarlos, ni suplicarles. El único enfoque en la comida puede ser cuando la estás comiendo, hablando despreocupadamente sobre los colores, si está crujiente, o delicioso, etc.

5. Juegos sucios y juegos con comida fuera de la mesa

Dar a tu hijo muchas oportunidades de jugar de forma desordenada es importante para el desarrollo de su cerebro. Cuando experimenta nuevas texturas, esta gran cantidad de estímulos sensoriales ayuda a su cerebro a acostumbrarse a diferentes sensaciones. Así se sientan las bases para comer una variedad de texturas. Además, ayuda a conciliar el sueño, ¡una ventaja! Lee todo sobre la importancia del juego sucio para los bebés que empiezan a comer sólidos.

Encuentra un momento al día en el que no estén cansados o hambrientos. Las mañanas pueden funcionar mejor, y puedes tener los materiales necesarios preparados para ahorrar tiempo. Programa las actividades con antelación para facilitarles la vida.

Puedes organizar algunas actividades en una alfombra de plástico, en el exterior sobre una manta de picnic o incluso en una bañera vacía (si te pone especialmente nervioso el desorden). Utiliza un cubo grande o una bandeja de horno.

Involúcrate también y dite a ti mismo que todo se puede limpiar al final, y que está beneficiando a tu bebé.

He aquí algunas ideas:

  • Dales el frutero para que exploren
  • Sobras de espaguetis
  • Juego con agua
  • Juego con arena
  • Pintura de dedos o plastilina segura para el gusto (aquí hay una receta)
  • Bolsas/botellas sensoriales
  • Jugar en una tarrina de harina, avena o cereales molidos
  • Jugar con gelatina
  • Jugar en el barro o la tierra

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