Compartir habitación con bebés y niños pequeños: Cuándo y cómo dar el paso

Ya sea por falta de espacio, por la necesidad de trasladar al bebé fuera de la habitación o tal vez para fomentar un vínculo más fuerte entre el bebé y un hermano mayor, compartir habitación puede tener tanto ventajas como inconvenientes.

Como padre, usted es quien mejor conoce a sus hijos, y es fundamental sopesar los pros y los contras antes de tomar una decisión de este tipo. Aquí analizaremos los factores que hay que tener en cuenta, te orientaremos para determinar el momento ideal para que los hermanos pequeños compartan habitación y te daremos algunos consejos útiles para que la hora de acostarse sea más llevadera.

Compartir habitación con bebés y niños pequeños: Cuándo dar el

paso

Veamos primero cuál es el mejor momento para poner a bebés y niños pequeños (o mayores) en la misma habitación. Hay que tener muy en cuenta varios factores, como la edad, el desarrollo, la compatibilidad y las necesidades individuales de sueño. Es esencial asegurarse de que la disposición favorece el bienestar y las necesidades individuales de cada niño.

1. Seguridad en el sueño y expectativas realistas

Red Nose recomienda que los bebés compartan dormitorio con sus cuidadores durante los primeros 6-12 meses para reducir el riesgo de SUDI. También es esencial que su cuna o cama esté libre de juguetes, cojines y ropa de cama, así que considere si su hijo mayor podría poner potencialmente y sin querer objetos inseguros en la cama del bebé en una situación de habitación compartida.

2. Personalidades y compatibilidad

Algunos hermanos prosperan en estrecha proximidad, encontrando consuelo y compañía al compartir habitación. Sin embargo, otros pueden chocar debido a diferentes patrones de sueño, preferencias personales o, simplemente, a que necesitan su espacio personal. Ten en cuenta cómo se llevan tus hijos en otros momentos.

3. Hábitos de sueño

Si uno de los niños tiene el sueño ligero y se altera fácilmente con el ruido o el movimiento, mientras que el otro tiende a estar despierto o tiene una rutina de sueño diferente, considere si la calidad del sueño de ambos niños podría verse comprometida por el arreglo y cómo podría afectar a su bienestar general.

Compartir habitación con bebés y niños pequeños: Cómo hacer la transición

Al principio, compartir la habitación de los niños puede parecer desalentador, así que aquí tienes algunos consejos para una transición sin problemas:

Comunicación abierta

Antes de hacer ningún cambio, conviene que tus hijos participen en el proceso de toma de decisiones. Habla con ellos sobre los motivos de la transición y los beneficios que puede aportar. Anima a los mayores a expresar sus preocupaciones, preferencias e ideas.

Prepáralos

Involucrando a tus hijos desde el principio, fomentarás su sentido de la propiedad y les ayudarás a sentirse más cómodos con la idea. Puede ser útil leerle a tu hijo mayor un libro ilustrado sobre el tema, o inventar tú mismo uno con fotos de tus pequeños para explicarle los cambios inminentes.

Cree espacios individuales

Si es posible, cree espacios individuales dentro del espacio compartido. Asigne zonas específicas para las pertenencias de cada niño, como estanterías o cajas de juguetes personalizadas.

Diseñen y decoren juntos

Implicar a sus hijos en el proceso de diseño y decoración de su dormitorio compartido puede ser una experiencia emocionante y creativa. Puede ser algo tan sencillo como ropa de cama nueva o un peluche especial para el mayor.

Transición gradual

Una transición repentina de dormitorios separados a compartir la misma habitación puede resultar abrumadora para algunos niños. Considere la posibilidad de establecer un período de transición gradual en el que los hermanos pasen algunas noches en la misma habitación, pero manteniendo sus dormitorios separados. Este enfoque gradual les permite aclimatarse a la nueva forma de dormir a su propio ritmo y puede aliviar cualquier ansiedad o malestar que puedan tener. Una buena idea podría ser tener un moisés en la habitación del bebé para las noches en que todo se tuerza.

Fomente actividades que estrechen lazos

Compartir dormitorio puede ser una oportunidad para que los hermanos estrechen lazos y creen recuerdos duraderos. Fomente actividades que promuevan la cooperación, como leer juntos o jugar. Estas experiencias compartidas fomentan la camaradería y pueden ayudar a tus hijos a forjar amistades para toda la vida.

Consejos para compartir la habitación con el bebé y el niño pequeño
  • Escalona las horas de acostarse: Dependiendo de las rutinas de tus hijos a la hora de dormir, intenta acostar al bebé antes o después de que el mayor se haya ido a la cama.
  • Vínculos especiales a la hora de dormir: Si es posible, dedica un rato a solas con cada niño antes de acostarlo o a la hora de acostarlo. Esta oportunidad de conexión especial contigo puede ayudar a crear una asociación positiva con el hecho de compartir habitación.
  • Involucre a su hijo mayor: A la hora de acostar al bebé, ofrézcale actividades o distracciones que le mantengan ocupado, como un libro, juguetes, una "caja ocupada" (una caja especial de juguetes o actividades para este momento del día) o un programa de televisión tranquilo. Pídeles que se queden fuera de la habitación un rato o que no hagan ruido si tienen que entrar. Elogie su cooperación, pero comprenda que a veces le resultará difícil mantenerse alejado.
  • Prepárate para los despertares nocturnos: Explica a tu hijo mayor que el bebé podría despertarse durante la noche, pero tranquilízale diciéndole que tú te encargarás de él. Los niños mayores suelen dormir sin oír los llantos del bebé por la noche, pero hazles saber que pueden llamarte si el bebé les despierta.
  • Piensa en un lugar alternativo para dormir: Si el llanto de tu bebé perturba con frecuencia el sueño de tus hijos mayores, plantéate si es posible que éstos duerman en una habitación más alejada de la del bebé o si podrías trasladar al bebé a otra habitación cuando eso ocurra.
  • Limita al mínimo otros cambios: Lo mejor es que esta transición no coincida con otros cambios importantes, como el destete nocturno del bebé, el inicio de la guardería, la mudanza o la retirada del chupete o de la alimentación nocturna del niño pequeño. Intenta centrarte en un gran cambio cada vez y ve al ritmo de tu hijo.

Noticias relacionadas