Programa de ejercicios para padres ocupados

Cuando se trata de leer consejos para mantenerse en forma como padre, los mejores expertos son los padres que lo consiguen. Estos padres en forma encuentran la manera de hacer ejercicio aunque parezca imposible.

Siga leyendo para conocer sus secretos y los mejores consejos para hacer ejercicio.

El horario de ejercicio de los padres ocupados Ejercicio en la oficina

Eliza Belle es madre de Marley, de 4 años, y Avery, de 2. "El trayecto hasta mi oficina es de hora y media en cada sentido, y una vez allí, siempre estoy en mi mesa o en una reunión", dice Belle.

"Estar sentada todo el día es agotador, pero me resultaba imposible hacer ejercicio antes o después, sobre todo porque mi marido está fuera de la ciudad dos semanas al mes".

Por qué saco tiempo

"Hoy en día, si no me levanto y me alejo de mi escritorio, me siento perezosa durante el día. Hacer ejercicio en el trabajo también me ayuda a dormir mejor", dice Belle.

Cómo lo resolví

"Al menos tres días a la semana hago ejercicio en el trabajo. A media tarde, cuando la alarma de mi teléfono empieza a sonar con "I Like to Move It", me quito la americana y me pongo las zapatillas de tenis. Mi despacho está en la sexta planta, así que subo y bajo las escaleras, camino por mi planta o hago sentadillas y flexiones con la puerta del despacho cerrada durante diez minutos", dice Belle.

"Me encanta no tener que levantarme más temprano de lo que ya lo hago y tener tiempo para estar con mis hijos cuando llego a casa. Si cuento los paseos nocturnos que damos por nuestro barrio, estoy encajando entre cuatro y seis horas de ejercicio a la semana."

Sus mejores consejos:

  • Prepárate: "Llevo desodorante, una muda de ropa, productos para el pelo y una toalla en el trabajo para poder hacer ejercicio y seguir presentándome profesionalmente".
  • Crea nuevas oportunidades: "En los días largos en los que no puedo hacer mi rutina de ejercicios habitual, hago sentadillas o elevo las pantorrillas mientras estoy en una conferencia telefónica, o me siento erguida y aprieto el core durante las reuniones."
  • Perdónate a ti mismo: "¡Sé que no nací con el gen del entrenamiento! Me permito faltar un día de vez en cuando", dice. No pierde de vista la recompensa mayor: sentirse bien y más fuerte.
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Chrissa Benson es madre de Brockston, de 4 años, y Maddix, de 2. "Mi marido es marine y está en Afganistán. Cuando estaba en casa, podía ir a una clase de barre por la mañana temprano o salir a correr, pero después de su despliegue, mis entrenamientos perdieron toda estructura. No tenemos familia cerca, así que estoy criando a nuestros dos hijos sola", dice.

Por qué saco tiempo

"Los despliegues son duros, y el ejercicio ayuda enormemente a mi ansiedad. Aunque tenga muchas cosas que hacer, me comprometo a hacer cinco minutos de movimiento, y casi siempre consigo hacer más", dice Benson.

"Cuando soy fuerte por fuera, me siento la Mujer Maravilla por dentro. Esa mentalidad me ha hecho superar días en los que quería acurrucarme y llorar".

Cómo lo solucioné

"Ya no puedo hacer entre 30 y 60 minutos como antes. En cambio, muevo el cuerpo cuando estoy con mis hijos. Hago sentadillas en el parque, planchas cuando jugamos a los trenes y fondos de tríceps mientras limpiamos con tiza el camino de entrada. Incluso hago una secuencia de barra para la parte inferior del cuerpo en el mostrador del baño mientras los niños se bañan", dice.

"También les encanta cuando pongo a Bruno Mars y montamos una fiesta de baile en el salón. Es una buena sesión de cardio".

Sus mejores consejos:

  • No te mentalices: "Antes de pensar en las razones para no ser activo hoy, simplemente hazlo".
  • ¿No tienes equipo? No hay problema: "Ejercicios estáticos como flexiones, planchas o abdominales son fáciles de hacer a lo largo del día".
  • Llévate al bebé: "Compra un cochecito para correr. También puedes hacer estocadas y sentadillas mientras llevas al bebé".
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Charne Greene es mamá de Grace, de 11 meses. Antes del embarazo, Greene dice que no tenía el hábito de hacer ejercicio. Pero dice que eso cambió cuando se convirtió en madre y quiso volver al peso que tenía antes del embarazo.

"Entrar en la rutina de hacer ejercicio era algo más que caber en mi ropa. Me di cuenta de que mi atlético marido no debía ser el único modelo de vida activa para Grace. Yo también quería inculcar buenos hábitos a mi hija", dice.

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"No es fácil tener confianza en uno mismo cuando ninguna de mis antiguas prendas me queda bien. Ahora disfruto mucho haciendo ejercicio y, emocionalmente, también me siento más fuerte", dice Greene.

Cuando Grace tenga edad suficiente para ir al colegio, tendré lo que todas las mamás llaman el síndrome del cochecito vacío: seguiré llevando mi cochecito a clase para cargar con mis pesos, ¡aunque no lleve ningún niño dentro!".

Cómo lo resolví

"Una amiga me habló de Stroller Strong Moms, un grupo de entrenamiento que incorpora niños y cochecitos", dice Greene.

"Tres o cuatro mañanas a la semana, Grace y yo quedamos con las madres en un parque para una clase de una hora. Hacemos ejercicios con el peso del cuerpo, como burpees, sentadillas y estocadas; usamos pesas de mano y salimos a correr. Después, las madres charlan mientras los niños mayores juegan. Ahora, cada vez que tengo un problema, acudo a estas mujeres".

Sus mejores consejos:

  • Asociarse: "Encontrar mamás con objetivos similares te ayuda a responsabilizarte mutuamente".
  • Encuentra pequeños incentivos: "Un conjunto nuevo y bonito hace que te apetezca más hacer ejercicio. El soborno ocasional también funciona. Si tengo un mal día, me gusta motivarme con un Starbucks".
  • Sigue a mamás en forma: "Los días que me pierdo un entrenamiento, también recurro a las personas que sigo para que me inspiren a entrenar."
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Jennifer Mazzoni es mamá de Rose, de 3 años, y Grace, de 18 meses. "Durante el embarazo de mi segunda hija, Grace, sufrí mucho dolor pélvico y tuve que dejar de practicar yoga, que había estado haciendo durante años", dice Mazzoni.

"Lo echaba mucho de menos y pensaba retomarlo lo antes posible, pero el dolor tardó mucho en remitir. Cuando por fin estuve lista, llegar a una clase a primera hora de la mañana en un estudio de yoga era imposible, ya que mis hijas se despertaban a las 6:40".

Por qué saco tiempo

"Hay mañanas en las que pienso: '¡Uf, estoy demasiado cansada!' Pero la mayoría de los días me esfuerzo", dice. "Disfruto más del tiempo con mis hijas cuando he tenido 'tiempo para mí' a primera hora de la mañana".

Cómo lo resolví

"Todas las mañanas me levanto a las 5 y practico yoga en mi habitación", dice Mazzoni. También se acuesta pronto, a las 9 de la noche, para descansar lo suficiente.

"Preparo un espacio de meditación relajante con mi esterilla de yoga, accesorios de yoga y velas sin llama. Practico con distintos vídeos de YouTube para no aburrirme y luego medito entre 20 y 30 minutos".

Sus mejores consejos:

  • Encuentra tu espacio en casa: "Debe ser privado y tranquilo, aunque sea un rincón de tu dormitorio. Un espacio decorado también es un gran recordatorio visual".
  • Empieza poco a poco: "Medita sólo un minuto cada mañana o tarde durante unos días, y luego ve aumentando el tiempo poco a poco. Es menos abrumador".
  • Busca orientación: "Hasta que te sientas cómodo practicando yoga y meditando por tu cuenta, es útil seguir una práctica guiada. La app Insight Timer tiene meditaciones gratuitas, y a mí me encanta probar nuevos vídeos de yoga en YouTube."
Anota la forma física en las reglas de tu vida

Alena Gerst es madre de Gracie, de 5 años, y Clark, de 3. "No tuve que dar prioridad al ejercicio hasta que tuve hijos; antes de eso, simplemente era como vivía mi vida. Iba en bici al trabajo, hacía footing y jugaba al tenis con mi marido, nadaba con regularidad y tomaba al menos una clase de yoga a la semana", dice Gerst.

"Pero después de los niños, la paternidad minó mi energía para hacer la mayoría de las cosas más allá de trabajar y ocuparme de todas mis obligaciones en casa".

Por qué saco tiempo

"Mis padres tienen 70 años y siguen practicando senderismo, natación, yoga y ciclismo. Quiero que mis hijos me vean haciendo el mismo esfuerzo por cuidar mi cuerpo y divertirme mientras lo hago", dice.

"Además, si me salto más de dos días de ejercicio, estoy irritable. Cuidar es gratificante, pero también exigente".

Cómo lo solucioné

Gerst puso una cinta de correr plegable en su dormitorio y ve la tele en la cinta: "He alargado absolutamente los entrenamientos porque no quería dejar de ver The Crown", dice.

"Cuando descubrí un estudio de Pilates en el edificio de mi oficina, empecé a programar una clase semanal entre cliente y cliente. También suelo aprovechar la hora del almuerzo para darme un baño rápido en una piscina cercana."

Sus mejores consejos:

  • Estar primero con los niños: "Intento subirme a la cinta después de haber pasado mucho tiempo juntos. Así es menos probable que vengan a buscar mi atención".
  • Déjate llevar por la corriente: "Aunque esté muy cansada por los rigores de la crianza y de la vida, simplemente me meto en la piscina y sigo moviéndome, no importa lo despacio que tenga que ir."
  • Mantén el sentido del humor: "Una vez pagué una clase de Pilates pero olvidé una muda, así que la hice con mi ropa de trabajo. No pasa nada".
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