Una investigación demuestra que la leche materna estadounidense está contaminada por retardantes de llama

Muchas familias optan por amamantar a sus recién nacidos basándose en la idea de que su leche está llena de todo lo que su bebé necesita para prosperar en esos primeros meses de vida. Sin embargo, una nueva investigación afirma que la leche materna de las madres estadounidenses puede contener sustancias químicas tóxicas, lo que hace saltar las alarmas sobre lo que esto podría significar para la salud y el bienestar a largo plazo.

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El estudio analizó la leche de 50 madres

Las conclusiones publicadas en Science Direct afirman que todas las muestras de leche recogidas para el estudio presentaban algún nivel de contaminantes. En la mayoría de los casos, los investigadores encontraron pruebas de retardantes de llama bromados (BFR), identificando 25 tipos diferentes de BFR en el estudio.1

Según la Agencia de Protección Medioambiental (EPA), los BPR "son actualmente el mayor grupo de retardantes de llama comercializados debido a su gran eficacia y bajo coste". Esto significa que son los retardantes de llama más utilizados en el mercado.2 Se pueden encontrar en todo tipo de productos, desde plásticos hasta televisores.1

Se suponía que los BFR eran una alternativa más segura a otros retardantes

Una investigación demuestra que la leche materna estadounidense está contaminada por retardantes de llama

Según la EPA, estos compuestos eran la respuesta a los éteres difenílicos polibromados (PBDE), otro tipo de retardantes de llama. En 2004, Estados Unidos prohibió los PBDE por motivos de salud. La EPA se pronunció sobre su uso generalizado tras determinar que estos compuestos eran "tóxicos tanto para los seres humanos como para el medio ambiente".3

Desgraciadamente, las BPR conllevan sus propios problemas.

No

conocemos los verdaderos peligros que presentan los B

PR

Aunque este grupo de BPR parece ser una opción mejor que algunos retardantes de llama comercializados en el pasado, siguen planteando graves riesgos.

"Estudios epidemiológicos recientes indicaron claramente que los BFR afectan a la salud humana", dice una declaración de 2011 de la EPA. "Los efectos en la salud humana incluyen criptorquidia, alteraciones en la homeostasis de la hormona tiroidea, efectos reproductivos y reducción del desarrollo de los niños en edad escolar que incluyen el índice de desarrollo psicomotor y el rendimiento del coeficiente intelectual".2

Es un montón de información que asusta, sobre todo si tenemos en cuenta que cosas como la criptorquidia (cuando los testículos no descienden al escroto) y el índice de desarrollo psicomotor (la capacidad de un niño para alcanzar hitos cognitivos, emocionales y sociales) pueden tener efectos a largo plazo en la calidad de vida del niño.4

Sabemos que los RPB están casi en todas partes

Por si esto no fuera suficientemente aterrador, el estudio explica que los niños tienen riesgos adicionales de exposición, incluso después de dejar de amamantar.1

El polvo contaminado con BPR está casi en todas partes en nuestros hogares, y los seres humanos se exponen a él con mayor frecuencia cuando lo respiran o lo ingieren a través de los alimentos y las bebidas.1,2 La EPA afirma que "se propone que la contaminación en interiores sea una fuente significativa de exposición humana".2

Además, hay una clase de BFR que se encuentra en los juguetes de plástico fabricados con material reciclado. Según el estudio, este compuesto fue el que "más se filtró" cuando se probó con saliva artificial.1

¿Qué deben hacer los padres?

Como padres que somos, sabemos lo aterradora que suena esta noticia. Pero nos gustaría advertirles de que no hagan ningún cambio basándose en estos resultados. Los beneficios de la lactancia materna siguen siendo mayores que el riesgo de contaminación por BPR, especialmente teniendo en cuenta la prevalencia de estas sustancias químicas en los hogares.5

Aunque esperamos que este estudio no haga que la gente sea menos propensa a amamantar, esperamos que inicie una conversación sobre lo que estas sustancias químicas hacen al medio ambiente y a nuestros cuerpos. Es importante considerar cómo podemos tomar decisiones más seguras para la fabricación de lo que nuestros hijos usan y aman.

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