¿Niños ruidosos? Esto es lo que hay que hacer

Mi hija de seis años no parece tener un botón de volumen. Como muchos niños ruidosos, es ruidosa de sol a sol. No para de hablar, cantar, bailar claqué, hacer clic y dar golpecitos. Incluso habla dormida. A veces parece que no hay escapatoria del muro de ruido.

Al final del día, o si me siento agotada, el ajetreo y el clamor interminables pueden dejarme abrumada y, a veces, bastante exaltada. A veces necesito espacio para pensar o procesar las cosas, o incluso un momento para calmarme. Así que, si eres como yo y quieres saber por qué los niños pueden ser tan ruidosos y cómo puedes hacerles bajar el volumen con suavidad y compasión, ¡sigue leyendo!

Contenido rápido

Razones por las que

los niños son ruidosos

Hay ocho razones por las que nuestros hijos son ruidosos:1,2

1. No se dan cuenta de que hacen mucho ruido

A menudo, el hecho de que los niños hagan mucho ruido no es intencionado. A veces, nuestros pequeños no se dan cuenta de lo ruidosos que están siendo. O de que su volumen está afectando a otras personas.

2. Tienen energía para quemar

Están llenos de energía, y el volumen de su voz puede expresarlo. Su entusiasmo también puede manifestarse con grandes movimientos o haciendo mucho ruido.

3. Hablan alto para que se les oiga

A veces, nuestros pequeños sienten que no se les oye. Por eso, pueden aumentar el volumen para que se les incluya en las conversaciones.

4. Están abrumados

Es fácil que nuestros hijos se desregulen. Hay tantas cosas nuevas, y están constantemente aprendiendo y asimilando cosas, que pueden sentirse abrumados rápidamente. Y así, sus voces pueden aumentar junto con su escalada. A medida que su sistema nervioso madure, controlarán mejor los sentimientos exagerados o la forma en que responden a una gran cantidad de estímulos o entradas procedentes de su entorno.

5. Que los niños hablen alto es algo que controlan

Nuestros hijos no controlan muchas cosas, pero pueden controlar su voz, incluido el volumen. Así que puede ser una forma de expresarse o de conseguir cierta autonomía.

6. Están aprendiendo a distinguir entre voces interiores y exteriores

Los niños aprenden sus límites y lo que es aceptable en distintos espacios y zonas y con otras personas. Por eso aún no han aprendido la diferencia entre las voces interiores y exteriores o que ciertos lugares requieren que estén más callados.

7. Son imitadores

Los niños nos copian a nosotros y a quienes les rodean, por lo que pueden modelar lo que ven y oyen.

8. O es algo más

La pérdida de audición es algo que hay que vigilar. Fíjate si no reaccionan a los ruidos o si te piden a ti o a los demás que repitan lo que dicen. Es algo que debes descartar y consultar con tu médico o profesional sanitario de confianza.

Qué hacer cuando los niños

hacen mucho ruido

Nuestros pequeños hacen mucho ruido por muchas razones, pero es esencial que aprendan que hay ciertos momentos (o entornos) en los que deben reducir el volumen. Es importante disponer de algunas estrategias para controlar cuándo tu hijo hace demasiado ruido.3,4,5

    Mantén una conversación sobre el volumen. No subas siempre el volumen cuando los niños hagan ruido, porque no queremos que se vuelvan demasiado sensibles. Por eso, busca tiempo para hablar con ellos sobre los lugares o ambientes que requieren una voz más baja o sobre cómo pueden sentirse algunas personas con los ruidos fuertes.

    Crea una palabra clave que represente la necesidad de bajar el volumen. De ese modo, no estarás contribuyendo al ruido al entablar una conversación, pero si te sientes acalorado, puede ser tentador gritar o levantar la voz para que te escuchen. Disponer de una palabra clave elimina parte del estrés de la situación.

    Utiliza una voz suave y calmada cuando les pidas que bajen el volumen como ejemplo de lo que esperas. Y, en general, modele el volumen que espera que utilicen. Por ejemplo, sal de la habitación y acércate a alguien para hablarle en lugar de gritarle por toda la casa para que te responda.

    Elógialos cuando utilicen un volumen adecuado para que no sólo reciban comentarios negativos. Esto les ayudará a aprender de forma más positiva lo que esperas de ellos. El refuerzo positivo es una herramienta increíblemente poderosa en nuestra caja de herramientas de crianza.

    Identifique los desencadenantes de la escalada y elimínelos (ya sean los desencadenantes o su hijo, según proceda).

¿Cómo puede reorientar a sus hijos cuando hacen ruido?

He aquí tres formas de reorientar a su hijo cuando haga ruido:3,4

1. Susurra cuando les hables

Automáticamente tendrán que reducir el volumen para oírte y es más probable que sintonicen con tu longitud de onda y copien tu tono/tono/volumen, ya que a nuestros pequeños les gusta imitarnos. También es subconsciente reflejar o copiar a las personas con las que conversamos. Podemos imitar sus posturas corporales e incluso el ritmo (la velocidad) y el volumen (la intensidad) de la voz de la otra persona.

2. Programe tiempo para que los niños sean ruidosos

Asegúrese de que si su hijo es hablador o vocal por naturaleza, tenga la oportunidad de expresarse a través de su volumen. Póngales música para que canten y bailen, o llévelos fuera o a un lugar donde puedan hacer todo el ruido que quieran.

3. Encuentra otra salida para su energía

Si están gritando porque están agobiados, busca una manera de expresarse y sacar esa energía de una forma más prosocial. Puede ser corriendo, saltando o bailando.

Consejos para sobrevivir cuando tus hijos son ruidosos

Es fundamental que no aplastemos la autoexpresión de nuestros hijos, ni les hagamos sentir que no queremos oírles o que no nos interesa lo que hacen. Pero también debemos proteger nuestro bienestar y nuestros sentidos del enorme volumen. ¿Cuáles son algunas estrategias de supervivencia?3,4

1. Sintoniza y desconecta cuando sea necesario

Quítate la presión de responder a todos los ruidos. No pasa nada por no prestar atención a cosas como los golpecitos y los chasquidos, o cuando tu hijo se limita a narrar su juego. Intenta conservar algo de energía para responder y sintonizar cuando necesite tu atención o que te involucres con él.

2. Ignora los gritos

No estoy diciendo que ignores a tu hijo; si hay un problema de seguridad, responde adecuadamente, pero responde cuando te atienda como es debido. Pronto aprenderán que reciben más atención cuando hablan con calma.

3. Reduzca otros ruidos de fondo

Si no puede (o no quiere) controlar o cambiar el ruido de su hijo, puede ayudarle reducir otras fuentes de estimulación. Apague el televisor de fondo o cierre ventanas o puertas para alejar el ruido de los vecinos o de la calle.

4. Invierte en auriculares con cancelación de ruido

Ponerse unos auriculares puede aliviarte. No hace falta que escuches nada, pero unos auriculares pueden reducir el ruido de fondo a un nivel más manejable.

Es fundamental identificar los factores desencadenantes o que influyen en que tus hijos hagan ruido. Puedes apoyar a tu hijo de forma positiva abordando algo que pueda estar intensificando o angustiándole o dándole otras estrategias que le ayuden a controlarlo. Aprender a controlar el volumen es una importante habilidad para la vida. Todos aprendemos que necesitamos hacer silencio para ser respetuosos en determinadas circunstancias, pero también para ser respetuosos con las demás personas que nos rodean.

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