¿Se niega a subir al coche o al carrito? Prueba estos consejos

Seguro que alguna vez has experimentado la frustración de tener que lidiar con un niño pequeño que se niega a subir al coche o al cochecito. Ya sea al salir del parque, de casa o de la guardería, da igual dónde o cuántas distracciones, tentempiés o incentivos le ofrezcas.

Estas crisis pueden ser difíciles y estresantes, pero definitivamente no eres el único padre que las experimenta.

Esta forma de resistencia es normal, saludable y, de hecho, se deriva de una necesidad innata de autonomía. Los niños pequeños empiezan a explorar su recién descubierta independencia, lo cual es importante para su desarrollo.

Las grandes emociones que experimentan cuando intentamos meterlos en el coche o en el cochecito (o en otras actividades cotidianas con las que antes no tenían problemas) también están asociadas a las transiciones que esperamos que los pequeños hagan de una actividad a otra, y normalmente a un ritmo demasiado rápido para ellos.

Este es un periodo en el que vas a necesitar paciencia como nunca antes la habías tenido. Intenta ver la vida a través de sus ojos y recuerda que son ellos los que lo están pasando mal, y nosotros tenemos que ser su lugar seguro para expresar cualquier sentimiento que tengan.

En esta entrada del blog, vamos a explorar algunos consejos útiles para navegar por estos momentos difíciles y hacer que la experiencia sea más suave tanto para usted como para su pequeño.

¿Rechazo a la silla de coche o niño pequeño que se niega a subir al cochecito? Prueba con estos consejos

Prepáralo para la transición

¿Te imaginas que de hacer algo que te encanta pasas a estar sujeto o a hacer algo que no te gusta? Adviérteles de lo que vas a hacer. Por ejemplo, puedes decirles cosas como: "Vamos a subirnos al tobogán tres veces más y luego nos vamos a casa", o "Vamos a buscar una hoja antes de subir al coche".

Empatiza con sus sentimientos y reconócelos

Cuando tu hijo empiece a resistirse a subir al coche o al cochecito, es fundamental que valides sus emociones. Hazle saber que comprendes cómo se siente. Utiliza un lenguaje sencillo para expresar empatía, por ejemplo: "Sé que ahora no quieres subir al coche, pero tenemos que ir a [destino]" Reconocer sus sentimientos puede ayudarle a sentirse escuchado y a reducir la intensidad de la rabieta.

Ofrecer opciones e independencia

El deseo de autonomía de un niño pequeño puede manifestarse en lo que pensamos que es rebeldía. En lugar de obligarle a sentarse en el coche o en el cochecito, intenta ofrecerle opciones. Por ejemplo, pregúntales: "¿Quieres sentarte tú solo o con mi ayuda?" Esto les da una sensación de control y les permite tomar una decisión dentro de los límites que tú establezcas. Al implicarles en el proceso, puedes convertir la situación en una experiencia positiva.

Dales responsabilidades

Pídeles que te sujeten algo antes de meterlos en el coche o en el cochecito. Pueden ser las toallitas o algo de tu bolso, como la funda de las gafas de sol o el paraguas. También puedes dejar que pulse el botón que abre el coche antes de subir. Cuanto más interesante y "adulto", mejor.

Dales incentivos

Guarda unos cuantos juguetes pequeños o libros especiales para el coche o el cochecito, y úsalos para redirigir su atención cuando se resistan a subir. Señale algo interesante fuera de la ventanilla o ponga una canción divertida que le guste. Esto puede aliviar su malestar y hacer que la transición sea más suave, pero no queremos depender siempre de las distracciones (piensa en si estuvieras enfadado y alguien intentara distraerte de tus emociones con bromas o regalos, en lugar de escucharte y apoyarte para que superes tus sentimientos).

Establezca una rutina

A los niños pequeños les encanta la previsibilidad y las rutinas. Intenta establecer una rutina coherente antes de salir en coche o de dar un paseo que les indique que es hora de irse. Puede consistir en un breve rato de juego fuera del coche, un tentempié favorito o un ritual específico. La constancia puede ayudar a tu hijo a saber qué esperar, reduciendo su ansiedad ante las transiciones.

Mantén la calma y la paciencia

Las rabietas y los berrinches pueden poner a prueba hasta al padre más paciente, pero es fundamental mantener la calma y la compostura. Reaccionar con rabia o frustración puede agravar la situación o crear asociaciones negativas que dificulten aún más subir al niño al coche o al cochecito. Respira hondo y recuerda que es una fase que acabará pasando.

Más despacio

Intenta tener en cuenta el tiempo adicional que tarda tu hijo en hacer la transición, para que no tengas que estresarte por llegar tarde (¡o simplemente aceptar que nunca más llegarás a tiempo a nada!). También puede significar aparcar más lejos y pasar algún tiempo paseando, explorando y jugando fuera del coche antes de animarle a subir. En cuanto al cochecito, puedes dejar que pasee o empuje durante más tiempo. Ahora estás en el tiempo de tu hijo, así que es tu oportunidad de parar y oler más las rosas.

Conclusión:

Lidiar con la negativa de un niño pequeño a subir al coche o al cochecito puede ser un aspecto increíblemente difícil de la paternidad... ¡y quién iba a decir que eran tan fuertes!

Sin embargo, si empatizas con sus sentimientos, les ofreces opciones, incentivos, rutinas y paciencia, podrás superar estos momentos con mayor eficacia.

Recuerda que esta fase forma parte natural de su desarrollo y que pasará a medida que crezca y madure. Mantén la entereza y, muy pronto, subir al coche o al cochecito se convertirá en una experiencia más suave y agradable tanto para ti como para tu pequeño. ¿Adivina qué? No pasará mucho tiempo antes de que ya no quiera ir andando a ningún sitio, sino que preferirá ir en coche o en cochecito, y querrá que vuelvas a hacerlo todo por él.

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