Dylan Dreyer comparte la miseria de limpiar el vómito de un asiento de coche y recibe algunos consejos realmente buenos.

Amén, Dylan. Estás predicando al coro.

Tengo que admitir que he limpiado asientos de bebé en una gran variedad de situaciones: en nuestra casa, en la entrada de la casa de un amigo, en la casa de vacaciones de un conocido con el que esperábamos entablar una mejor amistad, en la puerta de un Walgreens en un día de 90 grados, en un área de descanso y en el aparcamiento de un centro de negocios que no acababa de abrir a altas horas de la madrugada. (Abandonamos un querido peluche de Minnie Mouse en ese aparcamiento. Estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado).

Por los comentarios se ve que muchos, muchos padres también han pasado por lo mismo. Y todos ellos tenían consejos: