10 ventajas de la vida de madre después del parto que echo de menos

Dar a luz a un bebé no es ninguna broma. Y aunque el periodo posparto también puede ser increíblemente duro para las madres primerizas, mentiría si dijera que los primeros meses después de tener un bebé no son también maravillosos.

Aunque me alegré de haber dejado atrás los días caracterizados por las fluctuaciones hormonales, la caída del cabello y la privación casi total del sueño, aquí van 10 ventajas de la vida de madre posparto que echo de menos.

10 ventajas de la vida de madre después del parto que echo de menos

1. Poder llevar pijama todo el día. 1. Poder llevar pijama todo el día

O ropa de estar por casa. O lo que me apeteciera, sin sentirme mal por ello. Claro, puede que un año después del parto siga llevando pantalones de yoga, pantalones cortos de ciclista y camisetas extragrandes. Pero llevar ropa de estar por casa las 24 horas del día, los siete días de la semana, en los primeros días de maternidad me hacía sentir que encajaba en mi papel (porque así era).

2. Tener las tetas más grandes

Después de amamantar a dos bebés durante los últimos dos años y medio, ahora estoy un poco más ladeada, caída y panzuda de lo que estaba cuando era madre primeriza. Lo sé, lo sé, los cuerpos de las madres cambian después de tener bebés. Pero voy a ser sincera: echo de menos las tetas más grandes y redondas que tenía antes de que se regulara mi producción de leche y antes de que mis bebés dieran a conocer sus lados preferidos.

3. Tener permiso para comer sin culpas

La gente tiende a preocuparse mucho más por asegurarse de que las mamás se alimentan al principio del periodo posparto que más adelante. Como madre lactante de dos pequeños seres humanos en crecimiento y cada vez más ocupados, sigo teniendo tanta hambre como a las dos semanas de ser madre primeriza. Echo de menos tener permiso (e incluso que me animen) para alimentarme tres (o más) veces al día, y no limitarme a robar un bocado de lo que sobra (y está frío) del plato de mi hijo pequeño.

4. Una primera comida posparto divina

En cuanto a la comida, no hay nada como esa primera comida posparto tan merecida. Tanto si ha optado por algo tan sencillo como un sándwich de Chick-fil-A como por una lujosa cena a base de bistec y patatas, ¿cuándo va a tener la oportunidad de que le sirvan cualquier apetitoso plato que le apetezca, y justo al lado de su cama?

5. Tener a alguien que me atendiera durante el posparto

Aunque me encontraba en una mala situación inmediatamente después del parto de cada uno de mis pequeños, tuve la suerte de contar con la presencia de un personal hospitalario muy atento y cariñoso que se aseguró de que estuviera bien atendida. Especialmente la segunda vez, cuando mi marido estaba en casa con nuestro hijo pequeño. Fueron verdaderos ángeles. Aunque desearía a cualquiera una recuperación más suave que la que yo experimenté tras mi complicada cesárea de urgencia, echo de menos que me atendieran como lo hicieron después. Y gracias a todas las increíbles enfermeras que, estoy segura, entran en acción con la misma rapidez para cualquier nueva mamá.

6. Tener permiso para tomárselo con calma

Desde no ponerse al volante hasta esperar a ir al gimnasio hasta que el médico dé el visto bueno, el periodo posparto -aunque sea por poco tiempo- anima a las nuevas mamás a descansar y abstenerse del ajetreo y el bullicio de la vida. Aunque no doy por sentada la posibilidad de hacer lo que quiera cada día, echo de menos tener permiso y que me animen a tomármelo con calma.

7. La familia y los amigos durante el posparto

La atención que la gente presta a las mamás es un regalo increíble. Pero esa atención y ese apoyo posparto se desvanecen una vez que pasa la emoción de la fase del nuevo bebé. Pero las cosas no se estabilizan para las familias en crecimiento. Las madres siguen necesitando apoyo posparto y que alguien se ocupe de ellas mientras se asientan en la maternidad, semanas, meses e incluso años después. Siempre me alegra enviar a familiares y amigos noticias sobre mis hijos. Pero echo de menos que la gente se ocupe de mí.

8. Más manos a la obra

Las aldeas son diferentes para cada persona, pero yo me sentí muy agradecida por contar con un grupo de personas con las que mi marido, mis hijos y yo podíamos contar para que nos ayudaran a mantenernos a flote durante el periodo posparto inicial. Era mucho más fácil pedir ayuda en esos primeros días, y echo de menos tener más manos a la obra de vez en cuando.

9. Tiempo en familia durante el posparto

Como madre que se queda en casa y cuyo cónyuge tiene un horario impredecible y trabaja a todas horas, echo de menos tenerlo en casa -las veinticuatro horas del día- durante el poco tiempo que sabía que estaría aquí y en ningún otro sitio. La vida como madre de dos pequeños es emocionante, pero echo de menos los días de ritmo más lento en los que nos empapábamos de los momentos cotidianos como una familia de cuatro.

10. La magia de empezar un nuevo viaje con mi bebé

Cada momento de la maternidad es una bendición, pero no estaba preparada para lo rápido que pasa el tiempo, sobre todo una vez superada la fase del recién nacido. Algunas partes del periodo posparto son siempre un poco confusas. Y, además, desordenadas y agotadoras. Pero, egoístamente, sigo echando de menos la magia de esos días desordenados, agotadores y efímeros con mi pequeño paquete.

El periodo posparto para cualquier madre primeriza es un bache que puede provocar fácilmente emociones y experiencias intensas. Yo no lo echo todo de menos, pero en retrospectiva, no fue tan malo. Y si soy sincera, echo de menos estas ventajas concretas de la vida posparto.

Noticias relacionadas