5 razones por las que tu hijo se porta mal contigo y no con los demás

Un día, cuando mi hija era pequeña, tuvimos una mañana terrible antes de dejarla en la guardería. Mi hija se estaba portando mal y todo era una batalla; tuvo que cambiarse los calcetines tres veces, su tostada no estaba cortada en la dirección correcta ("¡Quería triángulos, no cuadrados, mami!"), y cuando intenté abrocharle el cinturón de seguridad de su sillita, fue como luchar con un pulpo gruñón y retorcido.

Advertí a sus educadores de nuestra complicada mañana y, cuando fui a recogerla esa misma tarde, me estremecí al esperar su respuesta tras preguntarle cómo le había ido el día. "Ha sido un encanto; ¡ha pasado un día estupendo!". Me quedé estupefacta; ¿cómo podía ser mi querida hija tan diferente para mí? Bueno, no soy la única que denuncia este fenómeno, y puede que sea algo positivo cuando nuestros pequeños actúan sólo para nosotros. "Espera, ¿qué?" Te oigo preguntar; sigue leyendo para saber por qué tu hijo se porta mal contigo pero es un angelito para los demás.4

Contenido rápido

¿Por qué mi hijo se porta mal con todo el mundo menos conmigo?

Si se ha hecho esta pregunta, no está solo. Una teoría psicológica nos dice todo lo que necesitamos saber sobre por qué ocurre esto: el apego. La teoría del apego, fundada por Mary Ainsworth y John Bowlby, explica que los niños pequeños deben desarrollar una relación con un cuidador principal. La calidad y la dinámica de esta relación influyen en cómo se comportan y sienten en otras relaciones. Existen cuatro tipos de apego:1

    Asegure

    Ambivalente

    Evasivo

    Desorganizado

El tipo de relación de apego que puede influir en que tu hijo pequeño actúe por ti y se comporte por los demás se llama "apego seguro".

¿Qué es el apego seguro?

Los bebés lloran cuando están enfadados. Los bebés cuyo cuidador principal responde de forma sistemática y adecuada a estas necesidades -consuela al bebé cuando se enfada- se convierten en bebés con apego seguro.1,2 Entienden que su figura de apego clave cuidará de ellos y los mantendrá a salvo. Entienden que su cuidador les comprende y quiere ayudarles a satisfacer sus necesidades.

Esto hace que los bebés se sientan lo bastante seguros como para explorar el mundo que les rodea porque saben que, si algo va mal, tienen a alguien a quien acudir en busca de consuelo, amor y seguridad. A su vez, esto les ayuda a aprender y desarrollarse adecuadamente. Los niños con un apego seguro tienden a tener mejor autoestima, son más independientes, obtienen mejores resultados en la educación, tienen relaciones de mayor calidad y experimentan menos ansiedad y depresión.2,3

¿Por qué mi hijo se comporta de forma diferente en la guardería que en casa?

He aquí cinco razones por las que su hijo actúa de forma diferente en la guardería que en casa.1,2,3,4

1. Se sienten seguros expresando todas sus emociones

Cuando tu hijo se comporta así contigo pero no con otras personas, significa que se siente lo bastante seguro como para expresar sus emociones delante de ti. Sabe que no hay nada que pueda hacer para que dejes de quererle o de cuidarle, así que se siente cómodo expresándolo todo.

2. Confían en que puedes ayudarles

Los niños apegados con seguridad saben que no sólo pueden confiar en que creas un espacio seguro para expresar sus sentimientos, sino que también confían en que puedes ayudarles a identificar y satisfacer sus necesidades. Nuestros hijos no nacen sabiendo cómo identificar sus sentimientos o qué hacer para gestionar las emociones fuertes, así que saber que pueden acudir a ti en busca de ayuda les tranquiliza y les hace sentirse seguros.

3. No se siente tan seguro buscando consuelo en los demás

El hecho de que tu precioso hijo pequeño se porte mal puede significar que ha estado guardando todas sus preocupaciones, heridas, tristeza y enfado hasta que vuelva a verte. Puede que se sienta inseguro al exteriorizar sus emociones, excepto cuando está contigo.

4. Están agotados de aguantarse por los demás

No sólo puede que estén reprimiendo sus sentimientos hasta que estén en tus brazos seguros y reconfortantes, sino que gestionar y contener sus sentimientos puede estar agotando a tu hijo. Esto se suma a la maraña de emociones y al malestar físico y emocional. Por eso, cuando vengas a recogerle o te vea, ¡surgirán los sentimientos!

5. Conocen tus desencadenantes

Esto no se debe necesariamente a un apego seguro, pero tu pequeño te conoce tan bien como tú a él. Tu hijo actúa de forma diferente en la guardería que en casa porque sabe qué botones apretar para que te pongas nervioso o para que le respondas o reacciones de una determinada manera. No conoce tan bien a nadie más, ni se siente tan seguro de "poner a prueba" a otras personas porque no siempre puede confiar en la reacción que obtendrá.

Es fácil suponer que a tu hijo le gustan más otras personas que tú porque se comportan de forma diferente, pero es todo lo contrario. Este patrón en el que tu hijo actúa para ti y no para otras personas podría ser un signo de apego seguro para él. Sé que lo que estoy diciendo puede no parecer algo positivo. No deja de ser agotador y desafiante que tu hijo guarde todos los comportamientos difíciles para ti. Así que debes encontrar tiempo para el autocuidado o tiempo aparte para recuperarte y reponer energías. Tampoco significa que el comportamiento no sea problemático, aunque podamos entender su origen. Asegúrate de buscar apoyo si necesitas ayuda para encontrar formas de controlar y apoyar a tu hijo con comportamientos problemáticos: puede ser con tu médico de familia, un pediatra o un profesional de la salud mental.

Noticias relacionadas