Hice una declaración de principios con mi familia: por eso funciona

Si hay algo en lo que me he centrado desde que estalló la pandemia es en establecer conexiones reales con mi familia. Como a tantos otros padres, me preocupaba el grado de conexión que se perdía durante el aislamiento. En mi casa estábamos físicamente juntos, pero nos echábamos de menos cuando intentábamos conectar con el mundo exterior.

Como periodista especializada en paternidad que trabajaba en mi primer libro, El método Castle, y al ser testigo, como todos, del caos y la desorganización de las vidas, empecé a investigar sobre la pertenencia y la conexión dentro de las familias. Quería encontrar formas no solo de ayudar a otros padres, sino también a mí misma y a mi propia familia.

Las preguntas que se me pasan por la cabeza son: ¿cómo podemos reconstruir la pertenencia a nuestra familia y cómo podemos asegurarnos de que no se olvidan todos nuestros valores? Esto es especialmente importante ahora que nos acercamos al final del año. Es indudable que el estrés y la pesadez se abren paso en nuestras vidas durante las fiestas y a menudo dificultan aún más esa conexión. Quería empezar de nuevo y volver a poner en primer plano la pertenencia al entrar en el nuevo año.

Fue entonces cuando se me ocurrió la idea de una declaración de misión familiar.

Las empresas, las escuelas y otras grandes organizaciones confían en las declaraciones de misión para mantener unidas a sus comunidades, establecer y comprender las expectativas, prepararse para circunstancias imprevistas y tiempos difíciles y alcanzar los objetivos en los que se basa la organización.

¿Por qué el grupo más importante de nuestras vidas, la familia, no merece la misma reflexión y esfuerzo? Un estudio, financiado por el Grupo Barna, descubrió que, aunque 7 de cada 10 padres dicen tener un conjunto explícito de valores para su familia, sólo 3 de cada 10 los tienen por escrito, como una declaración de misión o de otro tipo.

Sentir que perteneces a una familia no sucede por sí solo, requiere intencionalidad. Requiere organización. Una declaración de misión familiar puede proporcionar esa estructura, esos cimientos. Hablando con expertos para mi libro, me convencí de que las declaraciones de misión familiar pueden funcionar e incluso añadí una sección entera al respecto.

Decidí presentar el concepto de declaración de misión familiar a mi marido y a mis dos hijos, que ahora tienen 13 y 14 años. Aunque mis hijos están acostumbrados a las reuniones familiares como herramienta de organización dentro de nuestra propia familia, no creían que fuera necesaria una declaración de misión familiar. Les convencí de lo contrario y nos pusimos manos a la obra.

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El primer paso para crear una declaración de misión familiar es asegurarse de trabajar en ella juntos como una familia. Los estudios demuestran que si los padres implican a sus hijos en la toma de decisiones, puede aumentar su satisfacción, cooperación y confianza. Los niños se sentirán parte de la familia cuando sus voces sean escuchadas, sus ideas aceptadas y la reflexión se convierta en la norma.

Antes de meter a nuestros hijos en la conversación, mi marido y yo hablamos de los valores y expectativas que compartimos como pareja y que nos gustaría incorporar a nuestra familia. Algunas preguntas que nos hicimos ¿Qué valoramos en el crecimiento y desarrollo de nuestra familia? ¿Qué nos importa como padres? ¿Qué les importa a nuestros hijos? ¿Qué esperamos que sea nuestra familia? ¿Cómo podemos crear seguridad y sentido de pertenencia en nuestro sistema familiar y en nuestros valores?

Mi marido y yo hablamos de cómo queremos sentirnos dentro de nuestra familia. Cómo tratamos a la gente en familia. Qué nos gusta hacer en familia. Cuáles son nuestros valores y objetivos. Hablamos de las expectativas y de cómo mostraremos amor y respeto como familia. Pero también animamos a nuestros hijos a compartir sus ideas y pensamientos.

Pon tus ideas por escrito

A continuación, nos pusimos más concretos. Les pedí que escribieran algunas de nuestras ideas concretas. Juntos hicimos una lista con los temas en los que queríamos centrarnos como familia. Esto es lo que nos importa:

  • Amabilidad y compasión
  • Aprendizaje permanente
  • Respeto
  • Valores espirituales y religiosos
  • Ética del trabajo familiar
  • Tiempo en familia
  • Valores económicos
  • Salud y forma física en familia
  • Tiempo tecnológico en familia
  • Inspiración y creatividad

Las familias pueden crear su propia lista y añadir ideas sobre cómo pueden cumplir cada una de las viñetas.

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No hay una única forma de crear una declaración de principios familiar. No tiene por qué ser un documento serio, pero debe encarnar el espíritu de tu familia. La declaración de principios de cada familia será diferente en función de la cultura, los ideales religiosos y la dinámica familiar.

Y lo que es más importante, diviértete y disfruta del proceso de creación de tu declaración de misión familiar. A lo largo de la reunión, toda la familia debe discutir cada parte de la declaración de misión para que todos entiendan cuáles son las intenciones. Una vez terminado el documento, podéis decorarlo en familia y colgarlo. El nuestro está colgado en el lavadero, un lugar de la casa donde todos podemos verlo pero al que sólo tienen acceso los miembros de la familia.

Trátalo como un proceso evolutivo

Hace unos días, mi hijo de 14 años me dijo: "Gracias por recogerme, mamá. Me lo he pasado muy bien con mis amigos". A cambio, le dije: "Gracias por darme las gracias". Entonces mi hijo sonrió amablemente y me dijo: "La amabilidad es nuestra forma de ser".

Espera que tú y tus hijos viváis vuestra misión cada día lo mejor que podáis. Pero atenerse a ella puede ser un proceso. Desde que creamos la nuestra, la consultamos al menos una vez al mes para recordar nuestros valores o para reiterar nuestra misión en voz alta.

Por supuesto, habrá deslices, así que practica la compasión mientras vives tu declaración de misión familiar lo mejor que puedas. Sé comprensivo con los errores y los fallos de comunicación.

Y recuerda que las declaraciones de misión pueden evolucionar. Esté abierto a nuevos valores y expectativas; a medida que el mundo evoluciona y los niños crecen, debemos estar abiertos al cambio.

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