La importancia de satisfacer las necesidades sensoriales del recién nacido

¿Sabías que los bebés tienen otra hambre innata, además de su necesidad biológica de leche? Es el hambre de estimulación sensorial. Aunque no es directamente mortal si no se satisface esta necesidad, sigue siendo vital para el desarrollo, y los bebés llorarán y se quejarán cuando tengan hambre de una dieta sensorial saludable, según la Dra. Pamela Douglas (autora de The Discontented Little Baby Book, y fundadora de Possums & Co).

El juego sensorial crea conexiones en las vías cerebrales y ayuda a establecer y desarrollar la regulación.

Como padres, a menudo se nos dice que no debemos sobreestimular a un bebé en los primeros meses porque eso provocará inquietud y problemas de sueño. En el caso de los bebés intranquilos, el consejo más común (y poco útil) es que los padres se queden con el bebé en casa y se centren en el sueño y la rutina.

Sin embargo, esta falta de estímulos sensoriales suele traducirse en un bebé malhumorado, lo que puede suponer un reto para los padres. Estar atrapado entre las mismas cuatro paredes con un bebé infeliz no es divertido para nadie.

¿Cuánta estimulación sensorial necesita tu bebé?

En realidad, no tienes que preocuparte por subestimular o sobreestimular a tu bebé si sigues su ejemplo. Observa a tu bebé y empezarás a reconocer sus señales de cansancio, hambre, cuándo necesita un descanso y cuándo está preparado para participar. Lee más sobre cómo reconocer y responder a las señales del recién nacido.

Tu bebé regulará la cantidad de estimulación que necesita, que variará cada día, así que no dudes en experimentar y ver qué le gusta.

¿Qué tipos de estimulación sensorial necesita tu bebé?

Proporcionarle alimento sensorial no significa que tengas que estar entreteniéndolo todo el día o preparando elaboradas actividades de juego sensorial dignas de Pinterest. Es todo lo contrario.

Al principio, tu bebé recibirá muchos estímulos sensoriales con el pecho o el biberón. El calor de tu cuerpo, la nueva sensación de beber leche después de recibir los nutrientes a través del cordón umbilical en el útero, el sonido de tu voz y los olores y ruidos de la habitación. Practica el Cuidado Canguro tan a menudo como quieras.

No hay que preocuparse por si coges o llevas a tu bebé demasiado en brazos (¡no puedes malcriarlo y no te estás haciendo un lío!), así que ponlo en un portabebés y sigue con tu día, o cógelo mientras duerme la siesta. Un importante estudio demuestra que los bebés que tienen unas 10 horas diarias de contacto (despiertos o dormidos) con su cuidador en un periodo de 24 horas lloran la mitad que los bebés que tienen unas 6 horas de contacto en un contexto rutinario.

Pasa tiempo al aire libre y haz cosas que satisfagan tus propias necesidades sociales y de salud mental. ¿Te has dado cuenta de que tu bebé deja de llorar casi en cuanto sales a la calle, mientras tú sientes que por fin has salido a respirar? El aire fresco, la vitamina D, el ejercicio y la socialización pueden tener un profundo impacto tanto en ti como en tu pequeño.

Así pues, saca a tu bebé en el portabebés, el cochecito o el automóvil y haz algo que te guste. Queda con un amigo para tomar un café, haz un picnic en un parque con tu bebé tumbado en una alfombra mirando los árboles. Tu bebé disfrutará acompañándote y experimentando una multitud de experiencias sensoriales.

Aquí tienes otras experiencias sensoriales diarias, rápidas y nutritivas, para tu recién nacido:

  • Dale a tu bebé un bonito baño sensorial para que se divierta
  • Quítale los calcetines y deja que experimente la hierba del jardín, o mete los dedos de los pies en un recipiente con agua caliente.
  • Haz las tareas domésticas con tu bebé. Túmbale en el suelo a tu lado mientras apilas el lavavajillas o pones la colada.
  • Cántale, léele, ponle diferentes tipos de música.
  • Deja que vea cómo flotan y estallan las burbujas
  • Si te sientes creativa, puedes hacer unos sencillos biberones o bolsas sensoriales
  • Dale a tu bebé un suave masaje

Así pues, olvídate de las normas anticuadas sobre la sobreestimulación y su impacto en el sueño. Los bebés no necesitan aprender a dormir (lee sobre el mito de la autoasistencia), sal y haz lo que te haga feliz, prioriza el autocuidado, que no tiene por qué ser complicado, haz equipo con tu pareja u otro cuidador de confianza para darte un respiro y sigue las señales de tu bebé.

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