10 formas prácticas de ayudar a tu primogénito a adaptarse al nuevo bebé

La transición a un segundo hijo puede suponer un gran cambio en la dinámica familiar. Para que la adaptación al nuevo bebé sea un poco más suave, es buena idea empezar pronto -incluso antes de que llegue el bebé- a ayudar a tu primogénito a anticipar estos cambios.

Cuando un recién nacido entra en escena, puede suscitar una serie de emociones en toda la familia. Puede que sientas tristeza o incluso pena por tu primogénito al no poder estar tan disponible física o emocionalmente para él como antes.

Si tu pareja o tu familia te ayudan con tu hijo mayor, es posible que lo eches de menos cuando no esté contigo. Es probable que tú sientas emoción, pero puede que tu hijo mayor no sienta lo mismo. A veces sienten resentimiento, así que presta atención a cualquier cambio de comportamiento (que es una respuesta normal y esperable), y encuentra formas cariñosas de abordarlo.

El mundo de tu primer hijo se pondrá patas arriba, su rutina cambiará y es posible que no puedas hacer todas las mismas cosas con él durante el final del embarazo y el cuarto trimestre, como cogerle en brazos o acurrucarte con él en la cama con la misma frecuencia.

He aquí algunas formas prácticas de ayudar a tu primogénito a adaptarse al nuevo bebé antes y después de su llegada

Cuando recibas a tu nuevo bebé, puede que te sientas más preparada y confiada que la primera vez. Sin embargo, cada persona tiene unas necesidades diferentes que hay que satisfacer, y eso es un reto cuando te estás recuperando del parto, alimentando y te falta el sueño. Sigues necesitando descansar, y si tienes una pareja que se encarga del cuidado principal de tu primogénito, puede que no esté tan disponible para apoyarte durante la noche o con las comidas, por ejemplo. La clave es estar preparada.

Cómo preparar a tu hijo mayor con antelación:
  • Cuando estés embarazada, cultiva una relación con alguien que pueda llevar a tu hijo mayor al parque durante una o dos horas, o dejarle una comida de vez en cuando. Ten preparada una mochila con los objetos esenciales y reconfortantes de tu hijo, para que, cuando llegue el momento, esté preparado para cualquier salida. Si no tienes una red de apoyo, y tu presupuesto te lo permite, puedes considerar uno de los distintos tipos de servicios de apoyo al recién nacido a domicilio.
  • Leed juntos libros sobre los nuevos bebés (buscad los que se centran en los aspectos positivos y no en la insatisfacción que conlleva tener un nuevo hermano), y hablad de la emoción de que sean hermanos mayores y de lo importante que es ese papel.
  • Piensa en su rutina a la hora de dormir y haz un esquema. ¿Quién se encargará de la hora de acostarse? ¿Será tu pareja o alguien más? Crea una tabla con imágenes para tu hijo mayor y pégala en la pared para que la vea. Incluso puedes empezar la nueva rutina durante el embarazo.
  • ¿Quién se encargará del desayuno y de cualquier otra rutina matutina, como dejar al niño en la guardería? De nuevo, habla de ello o crea un dibujo para mostrarles cómo va a ser. Los niños se sienten más seguros y reconfortados con la previsibilidad.
  • Asegúrate de que todos reciben alimentos nutritivos con frecuencia, para que el hambre no afecte a su estado de ánimo ni a su comportamiento. Planifique las comidas con antelación, congele las comidas para su hijo o pida ayuda a sus familiares o amigos.
  • Regala a tu hijo un muñeco nuevo y enséñale a cuidarlo y a ser amable con él.
Cuando llegue el bebé:
  • Dedica un tiempo especial a tu hijo mayor, aunque sea quince minutos al día. La conexión es una necesidad humana básica, así que mantenla todo lo que puedas. Habla y reconoce los cambios, cualquier sentimiento que surja, charla sobre su día o sobre lo que le gustaría jugar contigo. Puede ser algo tan sencillo como leer un libro con ellos (aquí tienes más ideas para llenar la taza de amor de tu bebé, pero también son aplicables a los niños mayores).
  • Asegura a tu hijo que no se le sustituye y que se le quiere. Dale más "te quiero", muchos abrazos y mucha seguridad verbal y física.
  • Dale a tu hijo un "espacio de sí". Una habitación segura, a prueba de niños y llena de juguetes y muebles a los que no dirá que no.
  • Haz que tu hijo participe en el día a día y dale tareas importantes, como pasarte los pañales o el biberón cuando le des de comer. Si tu bebé recibe regalos, pídele que los abra (mejor aún, pídele a la gente que le dé un regalo a tu hijo en lugar de al bebé). Aquí tienes algunas actividades para mantener ocupado a tu hijo pequeño durante las tomas del recién nacido.

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