Cultivar la bondad en tu bebé

El diccionario define la amabilidad como la cualidad de ser amable, generoso y considerado, pero es mucho más que eso. Puede significar cosas diferentes para cada persona. Cuando piensas en la amabilidad, ¿qué palabras o acciones te vienen a la mente?

En esencia, la amabilidad está en cómo se muestra y eso va más allá de ser simplemente amable. Ser amable es intencional y voluntario. También crea un efecto de reacción en cadena. Piensa en la última vez que alguien hizo algo amable por ti, que te hizo sentir muy bien y quisiste devolverlo.

La bondad se parece mucho al amor: es incondicional, desinteresada, atenta, considerada, empática y aceptante. Pero, al igual que el amor, requiere comprensión y práctica. Mostramos el amor a través de buenas acciones, compasión, una sonrisa, un abrazo cuando alguien lo necesita y un oído atento.

¿La bondad es innata o un resultado del entorno del niño?

Como especie, la bondad es una cualidad que parece inherente a los humanos. Esto es evidente en nuestra motivación colectiva para sobrevivir y estar sanos y felices. En la infancia y más allá, los humanos dependen del cuidado de los demás para sobrevivir, por lo que esta necesidad básica de cuidado está muy arraigada en nuestra biología. Somos una especie social e interdependiente, y necesitamos la compasión para vivir, prosperar y reducir el sufrimiento.

La ciencia ha demostrado incluso que los bebés de tan sólo tres meses prefieren la amabilidad a la mezquindad en una serie de estudios, lo que pone en tela de juicio la suposición de que el interés propio es la única clave para avanzar en la vida. Aunque es innata, la amabilidad es como un músculo que puede fortalecerse. Cuanto más la practiques, más fuertes serán sus beneficios.

¿Cómo podemos fortalecer nuestro lado amable?

Como concepto, la amabilidad tiene capas de complejidad. Un ejemplo básico es cuando quieres ser amable con alguien, pero primero necesitas entender su perspectiva, o tu acto podría ser tomado de manera equivocada. Necesitamos cultivar muchas otras habilidades para potenciar y apoyar la amabilidad, como:

  • Conciencia de sí mismo
  • Conciencia cultural
  • Autorregulación
  • Habilidades de relación
  • Empatía
  • Toma de decisiones
  • Perdón
  • Apertura de mente
  • Justicia
  • Respeto

No venimos al mundo con estos rasgos y habilidades. Hay que aprenderlas y practicarlas desde el principio, y como adultos, siempre estamos aprendiendo y eso es lo que nos hace humanos. No somos perfectos.

Por qué es importante la bondad

Es esencial que cultivemos la bondad no sólo en nosotros mismos, en nuestra familia y en nuestra comunidad. Es vital a nivel sistémico. El mundo en el que crecen nuestros hijos y las instituciones, como las escuelas, los centros de atención a la tercera edad, la justicia penal y los sistemas económicos que creamos deben reflejar y manifestar la amabilidad.

A través de la bondad, puedes animar a tu hijo a ser una fuerza del bien y del cambio en el mundo durante mucho tiempo.

Probablemente se pregunte cómo puede un bebé aprender alguna de estas complejas habilidades. En realidad, es bastante sencillo. Aquí tienes algunas ideas para fomentar, inspirar y alimentar la bondad en tu bebé:

Sé amable contigo mismo

Si no somos amables con nosotros mismos, ¿cómo vamos a serlo con los demás? Tener una mayor autocompasión nos pone en el estado físico, emocional y mental adecuado para ser compasivos con los demás. Sí, es el viejo concepto de "no se puede servir en una taza vacía". Piensa en cómo te sientes cuando alguien es amable contigo, así podrás imaginar cómo es el poder de hacer lo mismo por ti mismo de forma regular. No tiene por qué ser una tarea de autocuidado poco realista y que requiera mucho tiempo. Ser amable con uno mismo puede ser algo así:

  • Hacer menos en tu día. ¿Hay algo que puedas eliminar o externalizar?
  • Pensar o escribir lo que agradeces.
  • Encontrar una afirmación positiva que resuene en ti y repetirla una y otra vez. Consulta nuestra lista de ideas aquí.
  • Practicar el autocuidado que se encuentra en los pequeños momentos diarios con tu bebé. Estas son algunas ideas sencillas que demuestran que el autocuidado no tiene por qué ser tan complicado.
Habla positivamente de los demás

Podrías suponer que los bebés no entienden realmente lo que decimos, pero sí lo hacen y perciben nuestro tono y estado de ánimo. Así que evita hablar negativamente de tu bebé o quejarte de tu pareja con tus amigos, por ejemplo. Todos lo hacemos de vez en cuando para desahogarnos sobre los hábitos de sueño o de alimentación de nuestro bebé, o sobre la falta de apoyo de nuestra pareja, pero es mejor mantener esas quejas fuera del alcance de nuestros pequeños. Esto es especialmente importante porque están creciendo en un mundo con acoso cibernético.

Sea un buen modelo de conducta

Sé el comportamiento que quieres ver en tu hijo. Habla con amabilidad a las personas con las que te relacionas a lo largo del día: desea un buen día a la cajera del supermercado, da las gracias al desconocido que se aparta mientras ruedas con tu cochecito por la acera, saluda a un amigo con el que quedas para tomar un café.

Deja que te vean sonreír y hacer buenas acciones por los demás. Los bebés observan constantemente a sus padres, lo que les ayuda a aprender y procesar el mundo que les rodea. Cada acto de bondad marca la diferencia. Tal vez quieras cuidar un ser vivo, como una mascota o una planta, para modelar cómo es el cuidado de los demás.

Practica una crianza respetuosa y positiva

La mejor manera de enseñar a tu bebé todas estas maravillosas habilidades es mostrárselas a tu hijo. Sé abierto a todas sus emociones, incluso a las que te incomodan. Responde a ellos como te gustaría que alguien te respondiera a ti si sintieras esas mismas emociones. Háblale con respeto y responde a sus necesidades con amor y empatía. Leed juntos libros que demuestren bondad y compasión. Puedes señalar cómo deben sentirse los personajes al dar o recibir actos de bondad.

Cuando encuentres formas de fomentar la bondad en tu bebé, se sentirá mejor con el mundo y consigo mismo, lo que le ayudará a convertirse en una persona feliz y cariñosa.

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