El autocuidado no tiene por qué ser tan complicado

El autocuidado se ha convertido en un tema de moda, pero la conversación puede acabar perjudicando a los padres, en lugar de ayudarles. A menudo se les dice a los padres que necesitan tiempo para alejarse de sus hijos, que deben cuidarse a sí mismos antes que a nadie, que deben bajar el ritmo y que para ser mejores padres deben priorizar el autocuidado.

Pero, cuando no encuentras el tiempo y la energía para el autocuidado, puede hacerte sentir como un fracaso

Por supuesto que es importante, pero puede ser demasiado difícil para el padre medio. No siempre se puede tener tiempo para alejarse de la familia si no se cuenta con una red de apoyo, y no siempre es posible bajar el ritmo cuando hay que hacer tantas cosas para mantener a todos felices y sanos, además de que los niños dependen de ti para sobrevivir.

El autocuidado no tiene por qué ser tan complicado

El verdadero autocuidado puede encontrarse en los pequeños momentos diarios con tu bebé. Es tomar la decisión de construir una vida agradable de la que no tengas que escapar. Poner las necesidades de tu bebé en primer lugar no significa poner las tuyas en último lugar.

El autocuidado consiste en hacer cosas que te aporten alegría, y aquí tienes algunas ideas sencillas:

  • Salir al aire libre. Si te gusta el ejercicio, y tu bebé necesita que le cojas en brazos y prefiere el movimiento para conciliar el sueño, un pequeño paseo satisface todas estas necesidades. Empieza el día tomando aire fresco y moviéndote con tu bebé en el portabebés, aunque sólo sea para ver el correo. ¡Todo el mundo es feliz!
  • Pon tu música favorita y baila mientras pasas la aspiradora o tiendes la ropa. O simplemente canta a pleno pulmón si eso te hace sentir bien.
  • Celebra y agradece las pequeñas maravillas, como ducharte, disfrutar de un café mientras está caliente, ir al baño solo o prepararte una buena comida.
  • Ponte límites y di que no a actividades o eventos cuando estés cansado o simplemente no te apetezca hacerlos.
  • Por otro lado, si te apetece tener compañía, invita a un amigo a casa o salid a pasear juntos.
  • La autoconversación amable también es autocuidado, así que no te olvides de criarte conscientemente. Háblate a ti misma como lo harías con tu recién nacido y reconoce todos tus esfuerzos como madre.
  • Puedes seguir un vídeo de yoga o de ejercicios suaves en casa mientras tu bebé juega a tu lado. Te ayudará a relajarte, a calmar las agujetas y a hacer que las hormonas del bienestar fluyan por tu cuerpo.
  • Bebe mucha agua y ten a mano algunos tentempiés saludables en la cocina para mantener equilibrados tus niveles de azúcar en sangre.
  • Mira una película mientras alimentas y abrazas a tu bebé, y no te sientas ni un poco culpable por ello.
  • Dedica un tiempo a respirar profundamente todos los días, aunque sea mientras le das de comer o lees un libro a tu bebé.
  • Fíjate en los momentos difíciles del día y haz un plan para mejorarlos. Tal vez sea algo como empezar a acostarse antes, o hacer la cena por la mañana para poder consolar a tu bebé durante la hora bruja de la noche.
  • Detente siempre que notes que te sientes resentida o irritable. Piensa qué podrías hacer en ese momento para restablecer el equilibrio. Puede ser prepararte una taza de té, echarte agua fresca en la cara o llamar a un amigo. Incluso podrías quedar contigo misma para más tarde, cuando tu bebé esté dormido, como un baño de burbujas o irte a la cama temprano si es posible.
  • Mantente presente y disfruta de los bellos momentos con tu bebé. El olor de su pelo, el aliento en tu cuello cuando se acurruca contra ti y los pequeños sonidos que hace cuando duerme.

Te mereces cuidar de ti misma, y debes hacerlo. Necesitas mantener tu copa emocional llena para poder cuidar a tu bebé, mantener la paciencia y experimentar las alegrías de la paternidad, incluso en esos días realmente difíciles. Sin embargo, el autocuidado y el tener un bebé no tienen por qué ser mutuamente excluyentes.

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