Cómo entender las crisis de los niños pequeños

La infancia es una etapa extraordinaria marcada por el juego, la curiosidad, la exploración y una imaginación sin límites, todo ello en un periodo de rápido desarrollo. Entre estas maravillosas cualidades, también está la inevitable presencia de las crisis de los niños pequeños. Estos arrebatos emocionales pueden pillar desprevenidos a los padres, provocando momentos de confusión y frustración. Estas crisis, aunque difíciles, forman parte natural de esta etapa. A medida que los niños navegan por sus nuevas experiencias y emociones, estos episodios sirven como oportunidades de crecimiento y aprendizaje tanto para el niño como para sus cuidadores.

Lo importante es comprender que los niños pequeños están navegando por un mundo de grandes emociones y nuevas experiencias, y sus crisis suelen ser su forma de afrontar estos retos.

En este artículo, profundizaremos en las razones de las crisis de los niños pequeños, así como en lo que no indican.

Entender qué son (y qué no son) las crisis de los niños pequeños

Para que los padres puedan hacer frente a las crisis de los niños pequeños, es esencial entender primero el desarrollo del cerebro del niño, ya que desempeña un papel importante en su comportamiento, sus emociones y su crecimiento en general.

El córtex prefrontal, el área responsable del razonamiento y el control de los impulsos, se encuentra todavía en las primeras fases de desarrollo en la infancia. Esto significa que los niños pequeños carecen de la capacidad cognitiva para autorregularse o, en otras palabras, para pasar de un estado de angustia a un estado de calma por sí solos. Necesitan la corregulación. Aquí encontrará más información sobre técnicas de relajación para calmar a su hijo.

La corregulación es el proceso por el cual el cuidador ayuda al niño a regular sus emociones y su comportamiento. Los cuidadores proporcionan el apoyo y la orientación que el córtex prefrontal poco desarrollado de un niño pequeño aún no puede ofrecer.

Los niños pequeños experimentan crisis debido a una combinación de factores, entre los que se incluyen:

1. Habilidades de comunicación limitadas

Los niños pequeños aún están desarrollando sus capacidades lingüísticas y comunicativas. Cuando no pueden expresar verbalmente sus necesidades, deseos o frustraciones, esto puede provocar frustración y estallidos emocionales.

2. Intensidad emocional

Los niños pequeños experimentan emociones con gran intensidad, pero carecen de la capacidad de regulación emocional de los adultos. Esta intensidad emocional puede provocar crisis cuando se sienten abrumados por sus sentimientos.

3. Frustración por las limitaciones

Los niños pequeños son curiosos y están deseosos de explorar el mundo que les rodea. Sin embargo, sus capacidades físicas y cognitivas pueden no estar a la altura de sus ambiciones, lo que les lleva a la frustración cuando no consiguen lo que quieren.

4. Búsqueda de autonomía

Cuando los niños empiezan a afirmar su independencia, a menudo quieren hacer cosas solos. Sin embargo, sus limitaciones físicas y cognitivas pueden obstaculizar sus esfuerzos, provocando frustración y crisis.

5. Transiciones y cambios

A los niños pequeños les encanta la rutina y la previsibilidad. Los cambios repentinos, las transiciones o las interrupciones de su rutina pueden desencadenar crisis nerviosas, ya que se esfuerzan por adaptarse a nuevas situaciones.

6. Sobrecarga sensorial

Los niños pequeños son muy sensibles a estímulos sensoriales como el ruido, la luz y el tacto. La sobreestimulación o las experiencias sensoriales abrumadoras pueden desencadenar crisis.

7. Hambre, fatiga o malestar

Las necesidades fisiológicas básicas pueden influir en las crisis. El hambre, el cansancio, el malestar o la enfermedad pueden reducir la tolerancia del niño a la frustración y desencadenar estallidos emocionales.

8. 8. Falta de control

Los niños pequeños van aprendiendo poco a poco que tienen sus preferencias y deseos. Cuando sienten que les falta el control sobre una situación, pueden sufrir crisis nerviosas.

9. Transición a la independencia

A medida que los niños empiezan a explorar su independencia, pueden resistirse a la orientación o las instrucciones de los adultos, lo que provoca luchas de poder y crisis nerviosas.

10. Expresar deseos

Los niños pequeños suelen tener preferencias específicas que quieren que se cumplan. Cuando sus deseos no se ven satisfechos, pueden sufrir crisis nerviosas.

12. Poner a prueba los límites

Se sabe que los niños pequeños ponen a prueba los límites para comprenderlos. Cuando encuentran límites consistentes, pueden reaccionar con crisis para calibrar las respuestas de sus padres.

12. Comportamiento de copia

Los niños pequeños son observadores y pueden imitar el comportamiento que han visto en otras personas, incluidos los adultos. Si ven que los adultos reaccionan con fuerza ante la frustración, es posible que ellos respondan de forma similar.

Entre las ideas erróneas sobre las causas de las crisis de los niños pequeños figuran las siguientes:

Es importante recordar que las crisis de los niños pequeños son una parte normal y saludable del desarrollo. Entender lo que no son las crisis de los niños pequeños puede ser tan importante como entender lo que son, entre otras cosas:

1. No es un mal comportamiento intencionado

Las crisis de los niños pequeños no son intentos deliberados de mal comportamiento o manipulación. Los niños pequeños no tienen la capacidad cognitiva de planificar o manipular situaciones como los adultos.

2. No es un reflejo de una mala crianza

Las crisis son una parte normal del desarrollo de un niño pequeño y no indican necesariamente una mala crianza. Incluso los padres más atentos y cariñosos pueden sufrir crisis.

3. No es un signo de desafío

Los niños pequeños pueden tener crisis cuando no pueden expresar sus necesidades o comprender sus emociones. No es señal de que estén desafiando a sus padres intencionadamente.

4. No siempre "solucionable

Aunque las distracciones bienintencionadas o la reorientación pueden ayudar a calmar algunas crisis, no todas pueden resolverse de este modo. La mayoría de las crisis requieren que se aborden las emociones o necesidades subyacentes, o simplemente que se esté ahí para proporcionar consuelo y empatía.

5. No es una situación única para todos

Cada niño es único y sus desencadenantes y reacciones pueden variar. Lo que funciona para calmar a un niño durante una crisis puede no funcionar para otro.

6. No falta de disciplina

No se trata sólo de disciplina. Se trata de comprender y apoyar el desarrollo emocional del niño. Así que ignora los comentarios o las miradas de los espectadores o de los miembros de la familia.

7. No siempre se puede prevenir

Aunque las estrategias proactivas pueden ayudar a reducir la frecuencia de las crisis, no siempre pueden evitarse por completo. Las crisis son una respuesta natural a la frustración y las emociones.

8. No es un reflejo de la salud emocional

Las crisis de los niños pequeños son una parte normal del desarrollo emocional y no indican necesariamente inestabilidad emocional o problemas de salud mental.

9. No siempre fácil de gestionar

Aunque los padres pueden aprender técnicas eficaces para controlar las crisis, habrá ocasiones en las que una crisis se intensifique a pesar de todos los esfuerzos.

10. No es una indicación de comportamiento futuro

Las crisis de un niño pequeño no predicen su comportamiento futuro ni sus rasgos de personalidad. Estos momentos difíciles forman parte de una etapa del desarrollo que acabarán superando.

Conclusión

Entender qué son y qué no son las crisis emocionales de los niños pequeños puede ayudar a los padres a abordar estas situaciones con paciencia, empatía y una perspectiva realista. Es importante recordar que las crisis emocionales son una fase temporal en el desarrollo del niño y que, a medida que éste desarrolle mejores habilidades de comunicación y regulación emocional, estos episodios serán menos frecuentes e intensos.

Para ayudarte durante el momento, ten en cuenta estos dos mantras:

'No te lo están haciendo pasar mal. Lo están pasando mal'.

Necesitan más tu amor cuando son menos cariñosos".

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