Encontrar el equilibrio entre el trabajo y la vida privada como padre o madre que se queda en casa

Cualquiera que haya sido padre o madre a tiempo completo sabe que no todo son unicornios, cafés con leche y citas para jugar, la vida en casa a tiempo completo puede ser intensa y agotadora. Estás de turno desde que abres los ojos hasta que los cierras. Así que es justo que el debate sobre la conciliación de la vida laboral y familiar se extienda también a los padres que se quedan en casa.

Aunque nuestro trabajo es humilde y no parece que hayamos conseguido mucho, mantener a otro ser humano con vida es un trabajo bastante digno. Y aunque no se trata de trabajar hasta los huesos, hay besos y abrazos, libros de cuentos y maravillas, y el privilegio de presenciar todas las "primeras veces". Pero se puede decir que es mucho más agotador que estar sentado en una cómoda oficina. No se puede pedir la baja laboral, así que, ¿cómo se puede encontrar el difícil equilibrio entre la vida laboral y la personal de los padres que se quedan en casa?

He aquí algunos consejos que le ayudarán a acercarse a ese lugar feliz.

Saca tu agenda

Si puedes planificar tu día, como si fueras a trabajar, podrás ver pequeñas ventanas en las que puedes tener algo de tiempo libre. Y aunque los bebés y los niños pequeños son imprevisibles, un enfoque flexible te ayudará a reclamar algo de tiempo para el descanso.

Programar la hora de acostarse y cumplirla

Esta es la versión de los padres que se quedan en casa de la "desconexión". Si te ciñes a una hora fija para acostar a tus hijos, tendrás tiempo para relajarte sin niños.

Crea un club de canguros

Parece una tontería, pero en realidad es una forma estupenda de tener tiempo libre. Piensa en las familias que has conocido en el Grupo de Madres y pregunta si alguna de ellas está interesada en hacer un "intercambio de niños" con regularidad. Podéis reservar un viernes por la mañana y turnaros para cuidar de los hijos de las demás. Tendrás un espacio de tiempo regular o semirregular para ir a hacerte la pedicura, cortarte el pelo o incluso dar un largo paseo sin el cochecito.

Encuentre una nueva afición o retome una anterior

Piensa en lo que te gustaba hacer cuando eras niño, o incluso antes de tener hijos, y comprométete a retomarlo. Apuntarse a un club de corredores, a una clase de arte o a un club de lectura, por ejemplo, te ayudará a volver a sentirte tú mismo.

Intenta recordar que sigues siendo humano y que un exceso de algo nunca es bueno. Encontrar el equilibrio entre el trabajo y la vida privada no solo te hará feliz, sino que te convertirá en un mejor padre.

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