¿Su hijo tiene una astilla? Esto es lo que debe hacer

Criar a niños pequeños suele conllevar una energía inagotable, mentes curiosas y algún que otro percance. Además de cortes, magulladuras y quemaduras, la temida astilla es otro contratiempo habitual.

Los expertos explican cómo los padres pueden tratar las astillas con calma y eficacia, y cuándo pueden ser motivo de preocupación.

Urgencias frente a urgencias: dónde acudir para 8 urgencias infantiles comunes ¿Qué son las astillas?

Las astillas son trozos afilados de madera, cristal o material similar que se clavan en la piel de una persona. Las astillas pueden provocar dolor, enrojecimiento e hinchazón alrededor de la zona afectada. También pueden provocar infecciones en los niños pequeños si no se tratan adecuadamente.

La doctora Jennifer Genuardi, internista y pediatra del Bronx (Nueva York), afirma que las astillas son una lesión frecuente en los niños, sobre todo durante los meses más cálidos, cuando juegan activamente al aire libre, hacen más manualidades o llevan ropa y calzado menos protectores.

¿Se puede dejar una astilla dentro?

La piel humana está destinada a protegernos de las infecciones, por lo que cualquier rotura supone un riesgo potencial. Si la astilla es de material orgánico, el cuerpo la disolverá de forma natural con el tiempo. Sin embargo, en el caso de otros materiales que puedan estar incrustados en la piel del niño, es aconsejable extraerlos porque pueden causar inflamación y protuberancias.

Si la astilla se aloja profundamente, puede permitir que las bacterias se introduzcan en las capas de la piel causando una infección, aunque el riesgo de tétanos suele ser bajo a menos que el objeto extraño esté contaminado. Este es un buen momento como cualquier otro para asegurarse de que la vacuna antitetánica del niño está al día.

Además de la infección y la hinchazón, puede haber otras consecuencias en los niños: "Dependiendo del tamaño de la astilla, si se deja en la piel puede alterar otras funciones corporales, como caminar, por lo que algunos niños pueden parecer que cojean aunque la causa de fondo sea una astilla", explica Christina Johns, doctora en Medicina, M.Ed., FAAP, médico de urgencias pediátricas y asesora médica principal de PM Pediatric Care en Annapolis, Maryland.

Cómo sacar una astilla

Si su hijo tiene una astilla, siga estos pasos para sacarla:

  • Limpia la zona afectada. Antes de hacer nada, lava la zona con jabón antibacteriano y sécala con palmaditas. Lávate también las manos para evitar que se introduzcan bacterias en la herida.
  • Inspecciona la astilla para conocer su dirección y posición. Es posible que necesites una lupa si la astilla es muy pequeña, explica el Dr. Johns.
  • Esteriliza la herramienta de extracción. Asegúrate de que cualquier herramienta que utilices (pinzas o aguja) esté esterilizada y desinfectada. Si utilizas una aguja, el Dr. Genuardi recomienda usar una llama y un bastoncillo con alcohol para esterilizarla. En el caso de las pinzas, sugiere limpiarlas con alcohol.
  • Agarra la astilla. Si el extremo de la astilla sobresale, utiliza unas pinzas para agarrarla y sacarla con cuidado. Evita apretar o romper la astilla, ya que puede dificultar su extracción.
  • Una vez extraída la astilla, desinfecte la herida con alcohol o agua oxigenada, séquela a golpecitos, aplique vaselina y cúbrala con una tirita. El vendaje debe cambiarse al cabo de un día y anime a su hijo a evitar rascarse o hurgarse la zona para favorecer la cicatrización y prevenir erupciones.
  • Vigile. Esté atento por si aparecen signos de infección, como pus (secreción) o enrojecimiento en la zona impactada.

Cómo sacar a la superficie una astilla profunda

Si la astilla está totalmente sumergida bajo la piel, utilice una aguja colocada en ángulo para raspar y perforar suavemente la piel cerca del extremo de la astilla. Esto dejará al descubierto su extremo y facilitará el uso de las pinzas para extraerla.

¿Qué otra cosa puede extraer una astilla?

Si a tu hijo le ponen nervioso las pinzas o las agujas, puedes extraer la astilla con sal de Epsom. Disuelve sal de Epsom en agua tibia y pon la zona afectada en remojo durante unos 10 minutos, dice el doctor Genuardi. Su función es ablandar la piel y aflojar la astilla.

Aunque circulan métodos como el uso de cinta adhesiva y miel, los expertos no están convencidos. "Nunca he visto que ninguno de esos dos métodos funcione de forma fiable", dice el Dr. Johns. "Lo que me preocupa del método de la miel es que podría hacer que la astilla se rompiera y se desintegrara, con lo que sería imposible extraerla entera, y el equipo sanitario acabaría teniendo que sacarla a trozos, lo que puede resultar incómodo".

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Aunque la mayoría de las astillas se pueden manejar en casa, ciertas situaciones pueden justificar la atención de un profesional médico, especialmente si la astilla está profundamente incrustada y es difícil de alcanzar, o en circunstancias en las que hay dolor. "Si la zona se pone roja, hinchada o sensible, por favor busque atención médica para su evaluación", dice el Dr. Genuardi. El sangrado o el pus son otros dos casos en los que probablemente se necesite atención médica.

Además, el dolor provocado por una astilla debería disminuir sustancialmente tras la extracción, pero hay que seguir vigilando la zona: "Si el dolor empieza a aumentar, es anormal y requiere una evaluación", añade el Dr. Genuardi.

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