8 cosas que preocupan a las madres que piensan demasiado

Desde que tengo uso de razón, me han dicho que "le doy demasiadas vueltas". Aunque he aprendido que eso no siempre es malo, a veces es duro, sobre todo desde que soy madre.

Si eres una madre que tiende a pensar demasiado como yo, probablemente estarás de acuerdo en que es simplemente porque te preocupas mucho, ¡lo cual es bueno! Pero pensar demasiado puede ser sinónimo de preocuparse, sobre todo cuando se trata de nuestros hijos. He aquí ocho cosas que preocupan a las madres que piensan demasiado.

8 cosas que preocupan a las madres demasiado pensativas

No eres la única que tiende a pensar demasiado y a preocuparse (mucho). Las madres que piensan demasiado suelen preocuparse por cosas como:

1. A nuestros hijos les pasa algo

Esto es una obviedad. ¿A qué padre no le preocupa que le ocurra algo malo a su bebé? Para quienes tienden a pensar demasiado las cosas, este temor entre las mamás puede exacerbarse fácilmente. Queremos proteger a nuestros hijos a toda costa, pero sabemos que no podemos hacer mucho. Y eso es una píldora inquietante de digerir.

2.

Como madre que piensa demasiado, la idea de que me ocurra algo puede ser casi tan desalentadora como la de que les ocurra algo a mis bebés. Aunque no me gusta pensar en el peor de los casos, no puedo soportar la idea de que mis pequeños seres humanos se queden sin mí en su infancia. Nadie les conoce como yo. El vínculo madre-hijo es incomparable, y me aterra pensar que otra persona sea responsable de proporcionarles el confort, la seguridad y la protección adecuados.

3. Si estamos haciendo lo suficiente

Ser madre es un trabajo que dura 24 horas al día, 7 días a la semana, y no hay revisión anual que nos tranquilice sobre nuestro rendimiento. Al final de la mayoría de los días, no puedo evitar quedarme despierta pensando si estoy haciendo lo suficiente por mis hijos. ¿Están pasando suficiente tiempo a solas conmigo? ¿Juego lo suficiente con ellos en el suelo o les ofrezco comidas nutritivas y adecuadas para ellos? ¿Les enseño lo suficiente? Las preocupaciones no cesan.

4. Si somos suficientes

Además de preguntarme si hago lo suficiente cada día, a menudo me pregunto si lo que soy como madre es suficiente para mis bebés. ¿Soy suficientemente paciente? ¿Soy suficientemente compasiva? ¿Soy suficientemente comprensiva? Ya me entiendes. Cuando eres una madre que piensa demasiado, puedes dar lo mejor de ti, día tras día, y aún así preguntarte si estás tratando a tus hijos de una manera que siempre les haga sentirse incondicionalmente amados, vistos y apoyados. Si eres como yo, estas preocupaciones bastan para hacerte caer en una espiral.

Spoiler alert: Soy suficiente. Tú eres suficiente. Incluso en nuestros momentos menos perfectos, ¡somos exactamente las madres que nuestros bebés necesitan!

5. Cómo tratan los demás a nuestros hijos

No quiero que nadie haga sentir a mis hijos menos amor y respeto del que se merecen, pero sé que nuestro mundo no es siempre como el cielo. Como madre que piensa demasiado, me preocupa constantemente que alguien diga o haga algo que pueda herir a mis hijos, intencionadamente o no. Esos pequeños seres humanos tienen los corazones más puros que he conocido, y pensar en un comentario sarcástico, un límite sobrepasado o un trato poco amable de otra persona hacia ellos me rompe el corazón.

6. Nuestras relaciones de pareja

Tener dos hijos menores de dos años cambió radicalmente mi relación con mi marido. Casi tres años después de convertirnos en padres, todavía estamos tratando de encontrar la manera de nadar a través de las olas de cambio que inevitablemente van y vienen. Ningún padre es perfecto, ni ninguna relación. Saber que estoy marcando la pauta de lo que mis hijos esperan de sus futuras relaciones supone una gran presión para que todo salga bien.

7. Las decisiones que tomamos para el futuro de nuestros hijos

Criar a un bebé y disfrutar de sus primeros años es una cosa. Otra muy distinta es preparar a nuestros hijos para el mejor futuro posible. Por muy pronto que nos encontremos en la maternidad, las madres que pensamos demasiado nos preocupamos por todo desde el principio. ¿Para empezar? Cómo vamos a educar a nuestros hijos desde preescolar hasta el instituto, qué debemos (y podemos o no) destinar económicamente a nuestros hijos, e incluso dónde vamos a vivir.

8. Si nuestros hijos saben lo queridos que son

Querer a mi hijo y a mi hija es lo más fácil que he hecho nunca, pero eso no significa que no me pregunte si saben lo queridos que son. A pesar de los innumerables besos y abrazos, los "te quiero", las afirmaciones diarias y todo el tiempo de calidad posible, siempre querré darles más. Sólo espero que sepan lo queridos, amados y apreciados que son.

Como madre que piensa demasiado, estoy aquí para decirte que no estás sola. Ser 100% responsable de la crianza de otros seres humanos es una tarea ingente. Por eso, es natural preocuparse un poco de vez en cuando... o a veces, mucho. Así que, tranquila, mamá. Lo estás haciendo muy bien.

Noticias relacionadas