Deja de ponerte grandes expectativas para ser la madre perfecta

'Todos somos padres perfectos hasta que nos convertimos en uno'.

¿Te sientes identificada con esta cita? Antes de tener un bebé, ¿te decías a ti misma que no dormirías con él, que le darías un chupete (o te usarías a ti misma como chupete), o que lo mecerías para que se durmiera? ¿Imaginabas que le darías el pecho pero no puedes (o decides no hacerlo), que harías todas las comidas ecológicas desde cero, que le leerías a tu bebé todos los días y que seguirías una rutina?

Cuando te sorprendas comparando tu forma de ser madre con la de otra persona, o te sientas juzgada (ya sea real o imaginada, interna o externa), o estés haciendo algo que juraste que nunca harías, recuerda esto: La madre perfecta no existe, así que deja de intentar serlo.

Deja de ponerte grandes expectativas

Cuando no puedes cumplir las altas expectativas que te has puesto a ti misma, ya sea mantener la casa limpia y ordenada, dar el pecho, tener un "buen" sueño o un bebé plácido y tranquilo en público, te estás preparando para sentirte fracasada.

En su lugar, reconoce que estás haciendo lo mejor que puedes en cualquier situación, y que viene de un lugar de amor. Alimentar a tu bebé para que se duerma es responder a sus necesidades de confort, nutrición y conexión. No puedes mimar a un bebé cogiéndolo en brazos o dándole lo que crees que necesita en ese momento, ya sea un abrazo, un chupete o una comida.

Reconoce que vas a tener días malos

Al igual que los adultos, los bebés tienen días en los que se sienten malhumorados, solos, abrumados, cansados, enfermos o ansiosos. Un bebé inquieto puede ser muy difícil de manejar para cualquier padre, sobre todo si no tienes sueño o tu propia copa emocional está vacía. Todo el mundo comete errores, todo el mundo desearía haber hecho las cosas de otra manera en esos días. Asúmelo, admite que es un día (o una semana) difícil, que tu bebé tiene necesidades que a veces son difíciles de satisfacer y que tú también necesitas tiempo para recargarte y tener un mejor día mañana.

Cuando tengas esos días, haz lo que consideres mejor para ti y para tu bebé. Reduce la velocidad de todo, cancela planes, pide ayuda... haz lo que sea necesario para reconocerlo y simplificar tu vida todo lo posible. Mañana será otro día, así que aprende de él y sigue adelante.

Un día no te necesitarán tanto

Sólo son pequeños durante un tiempo, y a medida que fomentes su independencia, empezarán a depender menos de ti. Para muchas madres es más difícil no ser necesitadas que sentirse demasiado necesitadas. Habla con otras madres que hayan hecho todas las cosas que tú haces ahora y que te parezcan "incorrectas", y pregúntales si se retractarían de alguna de ellas.

Te dirán que hagas lo que funcione, que si el colecho ayuda a que todos descansen, entonces hazlo. Rodéate de madres que hayan alimentado a su bebé para que duerma todas las noches y pregúntales si su hijo adulto está peor por ello. Está casi garantizado que su hijo será feliz, estará bien adaptado y tendrá una profunda conexión con sus padres. La independencia llegará, pero ahora es el momento de construir su sensación de seguridad, algo que queremos que lleven a la edad adulta y a sus futuras relaciones.

Elige la alegría en lugar de la culpa durante tu viaje de maternidad

Hay muchas maneras de ser madre, y no sólo lo que te dice tu enfermera de salud materno-infantil o tu madre. Escucha tus instintos y, si lo que haces funciona para tu familia y no perjudica a nadie, sigue haciéndolo. Sólo tú conoces a tu bebé. Recuerda que estás haciendo un trabajo increíble. Puedes elegir sentirte culpable por hacer las cosas que reconfortan a tu bebé, o puedes disfrutar de ellas y de esos abrazos. Eso no quiere decir que vayas a disfrutar de cada momento, y siempre tendrás días en los que estarás completamente estirada, agotada y tocada. Pero, lo creas o no, un día desearás volver a estar ahí.

Entonces, ¿crees que lo estás haciendo todo mal? Significa que estás haciendo precisamente todo bien, y que eres una madre increíble. Deja de intentar ser una madre perfecta, nadie lo es. Sé tú misma, y sé madre desde el corazón.

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